Esta cifra en realidad aumenta cada año debido a la publicidad que se da a los elevados precios que obtiene el arte contemporáneo (…) una mayor demanda de arte percibida produce una mayor oferta de creadores de arte (…) La mayoría de marchantes y galerías establecidas prestan escasa atención a los artistas que llaman a sus puertas. En lugar de ello, buscan nuevos artistas visitando estudios de pintores y exposiciones de graduados de escuelas de bellas artes, o siguiendo las recomendaciones de los actuales artistas de la galería. A partir de estas fuentes y frías llamadas una galería puede ver diapositivas u obras completas de una docena de artistas nuevos cada semana, aunque sólo escoja a uno o dos cada año. (…) Llegar a esa cumbre es una cuestión de talento, suerte y sobre todo marketing de marca.
Don Thompson en El tiburón de 12 millones de dólares. Ariel, 2010.