Convertirse en un ciclista con muchos kilómetros a la espalda está al alcance de cualquier trabajador de oficina que quiera mantenerse en forma. No obtendrá ningún galardón ni será aclamado en los Campos Elíseos, pero será todo un campeón en quemar calorías sin moverse de su silla ni levantar la vista del ordenador. Basta con disponer de un aparato portátil relativamente barato que se coloca debajo de la mesa y permite al empleado pedalear mientras trabaja.
Un estudio publicado recientemente en la revista 'British Journal of Sports Medicine' muestra los potenciales beneficios de estos artilugios. Sus autores los probaron en 18 trabajadores con cometidos especialmente sedentarios durante cuatro semanas. Finalizado ese periodo, comprobaron que los participantes habían utilizado las máquinas de pedalear una media de 12 días y habían recorrido una distancia diaria que oscilaba entre 0,5 y 21 kilómetros, lo que suponía un gasto de nueve a más de 500 calorías. Los participantes manifestaron su satisfacción con este sistema y sus jefes o empleadores no detectaron ninguna merma en su productividad achacable al ejercicio que habían realizado. Los investigadores aseguran que pedalear en la oficina durante aproximadamente 20 minutos al día puede tener un impacto significativo en la salud.
-Estrategias
Tener un trabajo que obliga a pasar muchas horas frente al ordenador es la excusa perfecta para no realizar ningún tipo de ejercicio. Por eso, los especialistas en educación física y medicina del deporte de diversos países se han empeñado en diseñar estrategias al alcance de todos los públicos, incluso de las personas que prácticamente viven en su oficina.
Una de las máximas representantes de este tipo de proyectos en nuestro país es Anna Puig Ribera, profesora de Actividad Física y Salud en la Universidad de Vic (Barcelona). "En los últimos cinco años se ha acumulado mucha evidencia científica que expone que estar sentado, que es el comportamiento sedentario por excelencia, es muy nocivo para la salud", señala la investigadora. Contribuye al sobrepeso y la obesidad y, por lo tanto, eleva el riesgo cardiovascular. Hoy en día, la mayoría de los puestos de trabajo confinan al empleado a una silla, es decir, lo ponen en manos del enemigo.
Las máquinas de pedalear ofrecen la posibilidad de contrarrestar los efectos perjudiciales de estar sentado durante largas jornadas. En Estados Unidos hay algunos despachos móviles con cintas andadoras que disponen de una mesa para el ordenador. Pero existen otros métodos aún más sencillos y baratos para moverse un poco más, como el desarrollado por el equipo de Puig Ribera. "Proponemos estrategias a los empleados universitarios para hacer su trabajo lo más activo posible", expone.
Se les dan consejos para que realicen de pie o deambulando tareas que generalmente llevan a cabo sin moverse. Por ejemplo, enviar sólo los correos electrónicos indispensables y desplazarse para dar en persona aquellos mensajes destinados a compañeros que trabajan en el mismo edificio; dedicar parte del tiempo destinado a tomar un café a pasear o celebrar reuniones de pie.
El grupo de Vic realizó en 2005, junto con otras universidades, un estudio piloto que demostró la eficacia de estas estrategias. Ahora está llevando a cabo un amplio proyecto a más largo plazo.
**Publicado en "El Mundo"