Acercarme desde mi nula experiencia a un relato personal, real, vivido y contado en primera persona por la propia protagonista, ha sido toda una experiencia que me ha encantado. Carmen Grau, la autora, describe un viaje desde Barcelona hasta Perth, atravesando de Europa a la China por tierra y en solitario, sin duda la parte que más me ha gustado del relato. Un conjunto de peripecias, vivencias, anécdotas, datos de interés, y literatura de calidad conjugados para el deleite del lector.
En este caso, yo también soy viajero y he sentido en mis propias carnes la felicidad infinita, intensa e inmensa, de viajar en solitario, la única forma digna de hacerlo, y si bien no conocía los paisajes que Carmen veía desde el asiento de su vagón, o las calles que pisaba, porque jamás he estado en Asia, sí me he sentido totalmente identificado con los sentimientos y vivencias que detalla durante toda la obra, algo que me ha supuesto, además de disfrutar pegado a la mochila de la autora, rescatar mis propios recuerdos, extrañarlos y aprovechar las letras de Carmen Grau para gozar de los suyos.
Debo felicitar a la autora por muchos motivos, por supuesto el literario en primer lugar, porque su prosa es ágil, documentada, vívida y real, algo que ayuda profundamente al lector a situarse en todos los lugares por los que transcurre el periplo camino a Australia, pero también por darnos la oportunidad de soñar que tenemos su valor, que cualquiera, simples mortales de domingo en un sillón, podríamos echarnos la manta a la cabeza, o la mochila a la espalda, y salir a caminar el mundo tras los pasos de Carmen.
Resumen del libro (editorial)
Tras un emocionante viaje de siete meses por Asia, Carmen Grau regresó a su Barcelona natal, donde se entregó a la tarea de plasmar aquella aventura en el que sería su primer libro de viajes, Amanecer en el Sudeste Asiático.
Un año más tarde volvió a echarse la mochila a la espalda. Esta vez el objetivo era Australia, donde la esperaba Brad, el hombre del que se había enamorado y a quien había conocido en Asu, una isla de Sumatra tan minúscula que ni siquiera aparece en los mapas.
En una odisea de más de 20.000 kilómetros, Carmen atravesó Europa —deteniéndose en Francia, Alemania, Austria, Eslovaquia y Polonia—, Rusia, China, Laos, Tailandia y Australia hasta llegar a Perth, usando el tren como medio de transporte predilecto, en especial el legendario transiberiano y el Indian-Pacific, que cruza Australia de Sídney a Perth.
Durante su periplo, Carmen se interesó por la gente, la cultura e historia y la gastronomía de los países por los que pasaba. Todo apuntaba hacia un largo viaje de seis meses en solitario, hasta que llegó el fatídico 11 de septiembre. Los atentados terroristas que conmocionaron al mundo la sorprendieron en Siberia. A pocos días de reunirse en Pekín, Carmen y Brad se replantearon su travesía, que tomó un rumbo inesperado hacia su nueva vida en tierra austral.