La primera, me pedí una ensalada TGB, con lechuga, zanahoria, maíz, bacon, pollo parrilla, tomate, aros de cebolla y salsa "TGB". Una buena ensalada, con salsa rica y bien aderezada. Por 4,50, que cuesta, sales lleno y con sensación de haber comido relativamente sano.
La segunda, fui a lo que debía, a comer una hamburguesa. Pedí un refresco, unas patatas (que puedes pedir sin aderezo, con queso, o con queso y hierbas... mal empezamos) y una TGB Burguer (con carne, queso - en mi caso, sin él, bacon, lechuga, tomate y salsa TGB). Me preguntan si quiero, junto con el refresco, por el mismo precio, un perrito. ¿Comer perrito, hamburguesa y patatas?, ¡qué barbaridad! - pensé yo. NO. Me dieron una especie de busca, para que me fuera a la mesa y esperara mi pedido sentada y un vaso, para que me sirviera el refresco en la máquina de autoservicio del fondo. No es mal sistema si tienen todos los grifos correctamente rellenados y no era el caso... Al ratito, el busca vibra y se enciende así que voy a por mi pedido. Las patatas, muy normales y la hamburguesa... ¡¡pero si parecía la hamburguesa infantil del McDonalds!! El pan, idéntico y de tamaño, prácticamente el mismo. Creo que en la foto se aprecia bastante bien el tamaño en comparación a mi mano.
Es cierto que no es cara (4,50 €), pero aún así, parece extraño comer una hamburguesa y quedarse con hambre... Tal vez el asunto sea que para rematar la comida hay que acompañar de un helado de los que ofrecen con mas de 20 toppings diferentes. En resumen, si al final vuelvo a repetir, será para comer una ensalada. Creo que con eso queda todo dicho, ¿no?
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