No es un coche cualquiera, y eso salta a la vista. Mecánicamente lleva un motor V8 y 845 CV, transmisión de seis velocidades firmada por Sadev y lo que tal vez lo hace más extraño, tracción a las cuatro ruedas.
Al parecer entre ambos pilotos, vinculados entre otras cosas por el patrocinio común de la marca de bebidas Monster, hubo una conversación telefónica en la que Hamilton mostraba interés en el coche. Block le dio un precio alto, y parece ser que el interés ha ido a menos.
Si finalmente lo compra, Hamilton podría incorporar este coche a su garaje, donde entre otras joyas tiene el Pagani Zonda LH y se dice que un McLaren P1. ¿Otra infidelidad más a la marca de la estrella?