En Japón, las flores de los árboles de cerezo son denominados sakura. En Bilbao, a la altura del Mercado de la Ribera, pero al otro lado de la Ría, hay unos 5 árboles de cerezo juntos que, cuando florecen, suavizan un austero paisaje urbano, proporcionándole una efímera nota de pureza y de ensueño. Las sakura tienen por los japoneses un importante valor simbólico: sus pétalos caídos representan el renacimiento de la vida o de un nuevo comienzo, pero también simbolizan la inocencia, la simplicidad y la naturaleza efímera de la vida. El hanami es el festival que anualmente se perpetúa en primavera, en el cual familiares y amigos se reúnen bajo la sombra de los cerezos para estar juntos, compartir la comida y la belleza de la Naturaleza.
Este año, he hecho un muy personal hanami nocturno alrededor de los cincos cerezos de la Ría de Bilbao; elegí la noche porque quería, a través de la oscuridad, aumentar todavía más la distancia espacial entre el paisaje urbano agresivo y complejo, y la sencillez y el candor de estos árboles en flor. El blanco rosado de las sakura, parece un punto de luz más en el alumbrado paseo fluvial y ofrece un cobijo a los viajeros de la noche, embriagándoles de un suave olor y dándoles un abrazo visual aterciopelado.
La próxima semana, el post estará dedicado al tango, fotografiado por una chica Mexicana, que conocí en Madrid y que ahora vive en Francia…