"Pon una ensalada en tu verano", esa era la premisa que nos lanzaba Rosilet de "Sugg-r and some salt". Evidentemente yo le respondí que la ensalada la pongo en verano, en invierno en primavera y en otoño. Rosilet quiere hacer una recopilación de ensaladas variadas, y aunque preparo ensaladas todos los días no ha sido hasta hoy cuando me he decidido a publicar una de ellas.
Hace tiempo publiqué una ensalada con helado de aceite de oliva, la ensalada en cuestión me la había inspirado un restaurante ibicenco. Hoy he utilizado otro helado, pero esta vez de tomate, que aporta mucha frescura a la ensalada, pero que por si sólo está delicioso.
200 gr. de tomate natural triturado 200 gr. de crema de queso 1 yogourt 100 gr de azúcar invertido hierbabuena
1 paquete de canónigos
50 gr. de nueces
Sal maldon
Aceite de oliva virgen
Semillas de amapola
Preparación:
Mezclamos con una batidora el tomate, el queso el yogur, el azúcar invertido y una cucharadita de hierbabuena.
Dejamos enfriar la mezcla en el frigorífico al menos 4 horas.
En la heladera añadimos la mezcla de tomate y dejamos hacer durante 40 minutos más o menos.
Sin heladera metemos en el congelador la mezcla, y cada 1 ó 2 horas sacamos y volvemos a procesar para destruir la cristalización. Esta operación hay que hacerla al menos tres o cuatro veces.
Preparamos la ensalada poniendo los canónigos y añadiendo por encima nueces picadas y sal maldon.
Ponemos un par de bolas de helado de tomate por plato y añadimos un chorro de aceite de oliva y rociamos con un poco más de hierbabuena y semillas de amapola.
Probadla, está riquísima.
Y el helado por si solo delicioso.
Bon appétit