Sinopsis:Helen Walsh no cree en el miedo -es un invento de los hombres para conseguir los mejores puestos y más dinero-, pero lo que no puede negar es que el mundo se está desplomando a su alrededor. Es detective privado y tiene cada vez menos trabajo, la van a desahuciar de su piso y ahora vuelve a encontrarse con todos sus demonios. Y uno de ellos es Jay Parker, un ex novio encantador, aunque nada fiable, que le pide que localice a un cantante desaparecido. En cinco días, Wayne Diffney tiene que tocar en un concierto muy importante, pero se ha esfumado sin dejar rastro. La relación de Helen y Jay acabó tan mal que ella se pone enferma solo con oír su nombre. Además, ahora tiene un nuevo novio, Artie Devlin, muy considerado y muy sexy, y con quien se lleva de maravilla... Si no fuera por su ex mujer, que siempre está por casa, y por su hijo, que odia a Helen... Pero ella nunca obedece las reglas, ni siquiera las suyas propias, y su peor enemigo está en su propia cabeza.
Y colorín colorado, con esta novela, por las vidas de todas las hermanas Walsh hemos pasado. No sé si la autora tiene previsto seguir tirando de la familia Walsh de ahora en adelante, pero por mi parte me conformo con las cinco novelas correspondientes a estas hermanas ("Claire se queda sola", "Rachel se va de viaje", "Maggie ve la luz", "¿Hay alguien ahí fuera?", protagonizado por Anna y por último la novela que nos ocupa protagonizada por Helen). Estas chicas me han hecho pasar buenos momentos lectores, no todos por igual, eso es cierto, pero con todas he disfrutado. En realidad siempre disfruto con las novelas escritas por Marian Keyes, aunque no aparezcan en ella los miembros de la familia Walsh, así que aquí me tendrá dispuesta a leer su próximo libro.
Los lectores habituales de esta autora, solemos comentar que a medida que iba publicando libros, las novelas parecían más serias, que sin intentar perder el humor en torno a los protagonistas, trataban temas más delicados, aunque muy actuales y parecía que las novelas iban perdiendo la chispa que caracterizaba sus primeras publicaciones. Quizás esto era debido a que la autora iba entrando en un momento complicado en su vida y también se reflejaba en su trabajo, no lo sé, en todo caso mi temor era que este libro fuera demasiado serio, que hubiera perdido definitivamente la habilidad de contarnos una historia interesante y divertida a la vez y que volcara en ella demasiado de su experiencia depresiva, peeeero... me alegra decir que yo no lo he visto así. Es más, diría que ¡¡la chispa ha vuelto!! Quizás todavía no como en las primeras novelas, pero vamos por el buen camino.
Yo me he divertido con Helen, con su forma de ser, de hablar, de pensar y actuar y eso que la pobre también está pasando por un tremenda depresión, que le lleva a tener una serie de pensamientos negativos que dan miedo. Me alegra decir, que en lugar de escribir una novela que acabara deprimiendo al lector, la autora consigue hacernos ver la situación por la que pasa una persona con esos problemas y los recursos a su alcance para poder superarla y creo que logra sin dificultad que empaticemos con ella. Será la propia Helen la que nos cuente la historia y nos informe con capítulos del pasado cómo ha llegado a la situación que ahora atraviesa.
Pronto Helen se pone en marcha. Primero porque es urgente que aparezca el desaparecido, pero por otro porque necesita tener su mente ocupada. El problema es que parece que se lo ha tragado la tierra y apenas hay pistas ¿Lo habrán secuestrado? ¿Se ha ido por propia voluntad? A medida que pasan los días ya no sabe qué pensar y poco a poco se va desanimando, además ella tampoco es que sea muy disciplinada, así que aunque no diré que se deja vencer por la pereza, a veces sí deja pasar la horas tirada en el suelo sin darse cuenta. Helen es un personaje con muchos altibajos, puede estar animada siguiendo una pista mientras saca a relucir su ironía y mordacidad y al no conseguir nada, encerrarse en ella misma llenando su cabeza con pensamientos negativos. Es tremenda la cantidad de veces que dice que quiere morir e incluso la forma en que le gustaría que ocurriera. Sin embargo de cara al exterior la depresión por la que está pasando no es lo primero que los demás aprecian en ella. Creo sinceramente que la autora ha sabido transmitir los momentos más duros de su depresión con la seriedad que necesitaba en cada momento.
Como siempre Marian Keyes sigue su estilo a la hora de hacer una novela amena, fácil de leer, con mucho diálogos lo que la convierte en una lectura muy dinámica. Intenta hablarnos de problemas cotidianos y actuales con un tono cómico y es posible que esta sea su novela más personal. Imagino que muchas de las ideas que pasan por la cabeza de Helen debieron pasar también por la de la autora durante su propia depresión y ha sabido reflejarlas muy bien sobre el papel, haciendo de Helen una de las hermanas Walsh más simpática.