Las hemorroides son dilataciones de las venas de los plexos venosos, ubicadas en la mucosa del ano o del recto. Se puede causar a través de factores hereditarios, estreñimiento, diarreas que producen irritación, estar sentado o de pie durante mucho tiempo, y también se pueden producir en el embarazo, especialmente en las últimas semanas.
El tratamiento se basa en evitar rascar las hemorroides para que no se produzcan infecciones y mantener una buena higiene anal, se recomienda incorporar fibra a la dieta para corregir el estreñimiento. Se deben evitar comidas muy picantes o sazonadas y el alcohol, mientras que se aconseja consumir alimentos como cereales integrales, frutas, verduras y beber mucha agua.
Será necesario evitar esfuerzos al defecar y corregir las diarreas, trátate a baños con agua tibia para higienizar la zona, e incluso para disminuir el hinchazón se puede aplicar compresas frías o hielo en la fase aguda del trastorno y luego darse baños calientes en la zona dos o tres veces al día, ya que esta secuencia frío – calor, es una forma de aliviar el dolor producido por hemorroides externas temporalmente.
Las hemorroides asintomáticas no necesitan un tratamiento, aunque para disminuir al máximo el sangrado y el prolapso se debe evitar el empujar durante la defecación.
Si las hemorroides son reducibles, mediante una presión suave deberán de ser empujadas al interior del recto, luego de haber sido reducidas, la inflamación externa desaparecerá, podrán mantenerse en su posición mediante compresas heladas empapadas con agua y aplicarse baños de asiento en agua tibia (nunca caliente).
Las hemorroides que sobresalen al exterior, inflamadas y trombosadas, deberán tratarse mediante cirugía. En cambio las hemorroides que aparecen en el puerperio o después del parto no deberán tratarse quirúrgicamente hasta que haya pasado el tiempo necesario para determinar si persisten o no.