Hay muchísimas cosas que heredamos de manera indistinta de que nuestros padres hayan querido que se repitiese o no; hay herencias de bendición que se repiten en determinadas familias, pero también hay herencias de maldición tras maldición, que se repiten en las familias.
Familias que tienen un mismo patrón de sucesos, en los nuevos miembros, que van naciendo, en ese grupo familiar. Bien sea una esclavitud generacional de una repetición de accidentes de tránsitos, o de un mismo tipo de enfermedad en diferentes miembros de la familia, o repetidos víctimas de abuso sexual entre los miembros, o cualquier otra situación anormal, que tiene la tendencia a repetirse en la familia. Pero, si estudiamos a fondo las diversas situaciones que se presentan en la mayoría de los grupos familiares, podemos resaltar que también existe una forma de herencia indirecta, que podemos recibir por consecuencia, de la relación causas-efectos que ejercen los padres sobre nuestras vidas.