El papel principal del Héroe intercultural es el desarrollo de la civilización, es decir, el servicio social de redimir a la sociedad de los monstruos, de las maldiciones y las invasiones, con el objetivo final de alcanzar la conquista espiritual y material de un mundo regenerado.
Las etapas de la vida heroica son las siguientes:
- El héroe es un semidiós y constituye el ombligo del mundo.
- Recibe el desafío divino para la aventura y el conocimiento.
- Rechaza este desafío.
- Encuentra ayuda sobrenatural en señal de motivación.
- Cruza el umbral del Mundo de Abajo y:
- Continúa la vía de pruebas donde:
- Se encuentra con la diosa-madre-amante.
- Se consagra a un nivel de deificación, pero:
- Debe retornar a su pueblo para entregarle los bienes divinos; a pesar de eso:
- Se niega de nuevo y:
- Logra escapar como por arte de magia.
- Recibe de nuevo la salvación divina, y:
- Cruza nuevamente el umbral de la regeneración, esta vez.
- Es transubstanciado como Señor de los Dos Mundos, y como:
- Hombre,
- dios,
- guerrero,
- amante,
- emperador,
- tirano,
- salvador, o:
- santo,
- imparte a la humanidad el conocimiento de nuevos bienes,
- para derrumbar las estructuras viejas y podridas, y
- para crear nuevos valores y virtudes,
- siempre esperando al nuevo Héroe, quien realizará el mismo ciclo cósmico.
La identificación de individuos con el Héroe tiene una profunda interpretación psicológica de la actividad social.
En nuestra Era, el Héroe va más allá de los límites del tiempo y subleva a las multitudes para que luchen en contra de los "dragones" modernos.
Pero eso suena utópico.