Esta herramienta de mano, también conocida como grapadora de tapicero o pistola de grapas, funciona gracias a la fuerza de un muelle grueso al que se le puede regular la tensión enroscando o desenroscando la perilla metálica que tiene en la parte posterior. Se acciona apretando el gatillo, que forma parte de la empuñadura y que se acompaña de un seguro que, una vez puesto, no permite que el resorte que tensa el muelle vuelva a activarse. Admite varias medidas de grapas que se cargan por la parte de abajo de la pistola desenganchando la lengüeta que mantiene en tensión el muellecito que empuja la fila de grapas hacia la parte superior de la pistola, desde donde son disparadas. En la entrada del cargador de grapas hay una pequeña pieza redondeada que hace las veces de quitagrapas. La grapadora industrial nos ahorra mucho tiempo cuando montamos el lienzo en nuestros bastidores de tela. Si ella tendríamos que volver a fijar las telas con clavos de cabeza plana a martillazos, como se hacía antes de la revolución industrial.
Un saludo Chema Senra
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