Para su aplicación nos valdremos de las espátulas de carrocero. En el taller de pintura nos es de gran utilidad cuando fabricamos nuestros bastidores de madera. Nos sirve para tapar las casi imperceptibles grietas que a veces tienen las planchas de okúmen. También para tapar las marcas de los clavos sin cabeza utilizados tanto en las planchas de madera como en los listones. Además de tapar las marcas en la madera, también aísla el clavo metálico de la futura capa de imprimación. Por último, esta masilla es ideal para los acabados de las esquinas de nuestros bastidores y para las juntas entre la plancha de okúmen y los listones del bastidor en aquellos cuadros que presentamos sin marco. Es una pequeña inversión que nos asegura un acabado mucho más limpio y preciso, dando un aspecto profesional a todos aquellos cuadros a los que les sobra el marco.