Los hilos tensores se pueden utilizar para conseguir un rejuvenecimiento del rostro ya que consigue atenuar signos propios del envejecimiento como las arrugas o el descolgamiento de los tejidos.
Los hilos tensores pueden ser de distintos tipos: no reabsorbibles, mixto y reabsorbibles. En este artículo haremos especial énfasis en estos últimos.
Hilos tensores reabsorbibles
Estos hilos tensores suelen durar una media de entre tres a cuatro años en la dermis. Son reabsorbibles porque son metabolizados por la piel.
Además, una de sus ventajas es que el efecto de tensión que consiguen los hilos tensores no desaparecen tras su absorción gracias a la reacción fibrosa inducida por la espícula del hilo, según explican desde el Laboratorio Sebbin, distribuidor de hilos tensores.
Dependiendo de en qué zona se vayan a colocar existen un tipo de hilos tensores u otros. Las principales zonas donde se colocan son:
- Mejillas: los hilos tensores que se emplean en esta zona del rostro suelen tener unos anclajes convergentes bidireccionales. Además, consiguen un efecto revitalizante de la zona.
- Cejas: se emplean hilos tensores de agujas dobles que se insertan en la subdermis. Su utilización es mínimamente invasiva y sin tiempo de inactividad.
- Cuello: los hilos tensores para esta zona consiguen la redistribución del exceso de piel en el cuello. En ocasiones, se combina con una microliposucción para conseguir un mejor resultado.
- Parte media de la cara: estos hilos tensores son unidireccionales y con dos pequeñas incisiones se consigue que puedan conectar los hilos entre sí, sin a penas invasión.
Un médico especialista será el que mejor pueda valorar cada caso para que con la utilización de hilos tensores se puedan conseguir los mejores resultados posibles, recomiendan desde Sebbin.
Fuentes:
- Laboratorios Sebbin.
- Sociedad Española de Medicina Estética.