La enfermedad más frecuente de la próstata se llama hiperplasia benigna de próstata (HBP). La hiperplasia benigna de próstata es un tumor benigno de la próstata.
Durante la infancia esta glándula es pequeńa y aumenta de tamaño hasta alcanzar su volumen normal durante la pubertad (12 -14 ańos). A partir de los 40 – 50 ańos puede crecer rápidamente, dando lugar a la hiperplasia. Debido a este crecimiento la próstata puede comprimir la uretra dificultando el paso de la orina y produciendo alteraciones al orinar.
Datos a tener en cuenta:
- Mas del 80% de la población masculina mayor de 50 ańos recibirá tratamiento contra la hiperplasia benigna de próstata en algún momento de su vida.
- El 25% de los varones mayores de 80 ańos se someterá a algún tipo de intervención quirúrgica contra la hiperplasia benigna de próstata.
- Según datos de la Organización Mundial de la Salud, la hiperplasia benigna de próstata es causa de mortalidad en 30 de cada 100.000 personas.
- La hiperplasia benigna de próstata ocupa en los países industrializados el tercer lugar entre las enfermedades que se suponen un mayor gasto sanitario.
- Siete de cada diez hombres europeos desconocen la función de la próstata.
Causas de la hiperplasia benigna de próstata
La producción y desarrollo de la hiperplasia benigna de próstata se debe a múltiples factores, y entre ellos los más importantes son:
Edad
Juega un papel fundamental, de manera que cuando mayor es el varón, mayor posibilidad tiene de padecer hiperplasia benigna de próstata. Según estudios el 50% de hombres presentan hiperplasia benigna de próstata entre los 51 y 60 ańos, y el 90% a los 90 ańos.
Hormonas masculinas (testosterona)
El crecimiento prostático es regulado por las hormonas masculinas. En este sentido los pacientes con hiperplasia benigna de próstata voluminosa presentan en la sangre niveles elevados de testosterona libre y estrógenos. En la próstata hay receptores que se estimulan por la testosterona produciendo un aumento de tamaño de la glándula que comprime la uretra y dificulta el paso de la orina.
Síntomas de la hiperplasia benigna de próstata
La hiperplasia benigna de próstata provoca dificultad progresiva para la micción debido a la compresión de la uretra.
Los síntomas pueden manifestarse de la siguiente manera:
- Aumenta el numero de veces que necesita orinar tanto un de día como de noche (nicturia)
- Disminuye la fuerza habitual del chorro y se presenta un goteo al terminar de orinar.
- Tiene a menudo una necesidad urgente de orinar.
- Debe esforzarse para comenzar a orinar (disuria)
- Después de orina, incluso dos o tres veces en un corto espacio de tiempo, tiene sensación de que aún le queda orina en la vejiga.
- No puede orinar y retiene toda la orina.
Estos síntomas pueden cuantificarse y seguir los cambios que se producen en su sintomatología a lo largo del tiempo o después de haber instaurado un tratamiento mediante un test denominado IPSS.
¿Cómo se diagnostica?
La hiperplasia benigna de próstata es una enfermedad que se inicia sin presentar síntomas. Por ello es conveniente que a partir de los 50 ańos todos los hombres se sometan a una revisión medica periódica para determinar el estado de su próstata.
Es importante establecer un diagnóstico precoz de los trastornos de la próstata. Ello permitirá controlar la enfermedad en su fase inicial y evitar complicaciones.
Su médico sospechará y diagnosticará la HBP mediante:
Una historia clínica completa
Consiste en unas preguntas básicas como son: ¿tiene que hacer fuerza para empezar a orinar?, ¿ha perdido fuerza en el chorro miccional?, ¿el chorro es intermitente?, ¿tiene sensación de vaciado incompleto de la vejiga al terminar de orinar?, ¿tiene que orinar antes de dos horas después de la última micción?, además le preguntará si ha tenido fiebre, si ha orinado sangre, desde cuándo tiene los síntomas, si tiene dolores, si ha perdido peso o fuerza.
Exploración física. Tacto rectal
Rutinariamente el médico realizará un examen físico general evaluando si existe palidez debido a una posible anemia, si existe dolor en la zona lumbar, si se palpa una vejiga grande con orina retenida (globo vesical) y a continuación le realizará la exploración prostática mediante tacto rectal.
Si el paciente presenta hiperplasia benigna de próstata la consistencia de la próstata será normal y elástica, con superficie lisa y agrandamiento generalizado; distinguiéndose de un cáncer de próstata donde en el tacto rectal la próstata es dura, con nódulos, aumentada de tamaño y con superficie irregular; del diagnóstico diferencial con un posible cáncer de próstata viene la importancia de la realización de un tacto rectal ante el comienzo de síntomas urinarios.
Análisis de sangre y orina
Sangre: Para determinar los niveles de creatinina que valora la función renal y el PSA.
Orina: Sedimento para ver la existencia de sangre y un cultivo para descartar una infección de orina.
Ecografía abdominal y transrectal
Con la abdominal evaluamos el estado de los riñones, vías urinarias y vejiga. Con la transrrectal valoramos el tamaño, volumen, forma, estructura de la próstata.
Urografía intravenosa
Inyectando un contraste en la sangre se visualiza su expulsión por las vías urinarias, examinando si hay o no retención, viendo la pared de la vejiga y la elevación del suelo vesical debido al crecimiento de la próstata.
Biopsia de próstata
Se realiza solamente si existe una sospecha de cáncer de próstata por el tacto rectal, la elevación del PSA o visión anormal en la ecografía o urografía.
No es necesario realizar todas las pruebas a todos los pacientes, a veces solo es preciso una buena historia clínica, exploración y analítica para hacer el diagnóstico.
Tratamiento de la hiperplasia benigna de próstata
Existen diversos tratamientos que pasan desde el conservador en función de la escasez de síntomas con revisiones periódicas con una serie de pruebas no invasivas como son:
- un análisis de sangre
- una ecografía
- un análisis de orina rutinario
- y una flujometría
También podemos iniciar un tratamiento médico o finalmente optar por la opción quirúrgica.
Tratamiento médico
Se disponen de varios principios farmacológicos que disminuyen o liberan de la sintomatología de prostatismo:
- La fitoterapia: es un tratamiento basado en extractos naturales de plantas en especial de la Serenoa repens y del Pygeum africanum que son ricos en sitosterol y en mepartricina. Son tratamientos prácticamente exentos de efectos secundarios y aunque la Organización Mundial de la Salud recomienda la realización de más numero de estudios a largo plazo para cuantificar realmente su eficacia, lo cierto es que mejorara la sintomatología de muchos pacientes.
- En segundo lugar se cuenta con los alfa bloqueantes, una familia farmacológica que actúa disminuyendo las resistencias a la salida de la orina de la vejiga y mejorando la contractilidad (capacidad de contracción) del músculo detrusor (músculo de la vejiga). Aunque se han desarrollado sustancias de esta familia que tienen alta uroselectividad (actividad específica sobre el aparato urinario) pueden tener efectos secundarios sobre el sistema cardiovascular y oftálmico, por eso deben ser siempre prescritos y controlados por su urólogo.
- Por último se dispone de los inhibidores de la 5 alfareductasa, una encima que transforma la testosterona en su principio activo, la dehidrotestosterona y que reduce la sintomatología de las próstatas de gran tamaño y reduce también las complicaciones de la hiperplasia benigna de próstata como es la hematuria y la posibilidad de tener una retención aguda de orina. La utilización de este compuesto es especialmente eficaz en próstatas de gran tamaño. Es un fármaco que también debe ser prescrito por su urólogo y controlar la eficacia y los efectos secundarios que este tiene que son fundamentalmente de carácter andrológico, produciendo en algunos pacientes alteraciones en la libido en la eyaculación y en la erección.
Tratamiento quirúrgico
Como medida alternativa al tratamiento farmacológico se encuentra el tratamiento quirúrgico.
Básicamente se realizan dos tipos de intervenciones aunque hay descritas diferentes posibilidades dentro de estas.
Por una parte el tratamiento endoscópico denominado resección transureteral de próstata. Para este procedimiento se suele utilizar la electrocoagulación aunque se han descrito otras técnicas también consideradas como aceptables por la Organización Mundial de la Salud pero que realmente se utilizan poco, como son la electrovaporización, la utilización del láser para la termovaporización y la láser coagulación y la utilización de microondas. Todas persiguen la reducción del volumen prostático para facilitar la salida de la orina por la uretra.
De otra parte el tratamiento quirúrgico denominado “abierto” consiste en la adenomectomía retropúbica o suprapúbica. Mediante esta cirugía y abriendo el abdomen se quita el adenoma de próstata que obstruye la salida vesical, respetando parte de la próstata denominada próstata periférica y cápsula prostática.
¿Cómo puedo evitarla?
Acudiendo a su médico para realizar un diagnóstico precoz antes de los 50 ańos o cuando empiecen los síntomas. Esto permitirá controlar la enfermedad en su fase inicial y evitar complicaciones.
Llevando una vida sana: evitar alcohol, café y especias; realizar ejercicio físico; no presentar estreñimiento; evitar una vida sedentaria.
Debe pensar que puede padecer un problema de próstata cuando:
- Aumente el número de veces que necesita orinar, tanto de día como por la noche.
- Disminuya la fuerza habitual del chorro y se presenta una goteo al terminar de orinar.
- Tiene a menudo una necesidad urgente de orinar.
- Debe esforzarse por empezar a orinar.
- Después de orinar, incluso 2 ó 3 veces en un corto espacio de tiempo, tiene la sensación de que aún le queda orina en la vejiga.
- No puede orinar y retiene toda la orina.
Si presenta alguno de estos síntomas acuda a su médico de cabecera, él le informará.