Hipoacusia

Por Gabriel Giner @esaludcom

Contar con los 5 sentidos en perfecto estado, representa sin duda alguna una facilidad vital para el buen desarrollo social y humano de cualquier individuo. Sin embargo, alguno de estos sentidos, como el oído, puede presentar complicaciones que sensibilicen su capacidad general o parcial, y a eso se le denomina hipoacusia. Pero, ¿qué puede provocarlo? ¿Hay maneras de evitarlo? A continuación lo veremos todo en detalle.

¿Qué es hipoacusia?

La hipoacusia no es más que la disminución de la sensibilidad auditiva, la cual puede presentarse en un solo oído, que sería unilateral, o afectar a los dos oídos, es decir, tratarse de una hipoacusia bilateral.

Aunque se crea que es una patología poco común, la verdad es que cada vez son más personas las que sufren de la pérdida auditiva por diversos factores. Sin embargo, una de las razones más frecuentes es la llegada de la vejez, a lo que se denomina como presbiacusia.

¿Cómo saber si sufres de hipoacusia?

Ante un posible caso de hipoacusia, es importante mantener una correcta actitud para lograr una solución que posibilite una mejor calidad de vida en cuanto a escuchar bien se refiere. Por ello, para determinar que no se trate de un falso positivo, es aconsejable realizar algunas preguntas convencionales ante situaciones normales del día a día.

La respuesta a cada una de estas preguntas, ayudarán a esclarecer si de verdad se trata de una hipoacusia o se está presentando otro problema de salud auditiva. Toma nota, esfuérzate por ser lo más sincero posible y evalúa cada objeción:

  • ¿Estás oyendo bien?

Ciertamente la persona afectada con hipoacusia podría dar una buena respuesta a esta pregunta, pero quienes la contestarán mejor serán tus familiares o alguna persona que conviva diariamente contigo, ya que ellos son los que inicialmente se dan cuenta del problema, bien sea porque no contestas cuando te hablan o te expresas con un tono de voz muy alto para darte a escuchar.

Ante ésta observación, solo te quedará tomar dos caminos, aceptar la hipoacusia o negarla. Destacando además que, la última opción, la negación, es un proceso habitual en la mayoría de las personas. Por ello, es recurrente atender problemas auditivos luego que han pasado más de 7 años.

  • ¿Cómo saber si estás negando el problema?

Si crees estar padeciendo de hipoacusia, pero algo te impide observar esa realidad, posiblemente estos sean parte de tus pensamientos o excusas:

  1. “Yo escucho bien, solo que no me hablan claro, más bien murmuran”.
  2. “Lo que pasa es que el lugar es ruidoso, porque si no yo escucharía bien”.
  3. “Realmente sí lo escuché, pero quería que me lo repitiera otra vez”.
  4. “Es que no estaba completamente concentrado en lo que me estaban hablando”.
  5. “Estoy bien, pero si empero prometo pedir ayuda”.

¿El resto se da cuenta que no escuchas bien?

Al igual que muchos otros problemas de salud, la pérdida o sensibilidad auditiva es un hecho que no puede esconderse o pasar desapercibido por amigos, familiares, compañeros de trabajo y hasta desconocidos. Esto lo decimos porque existen algunos síntomas que podrían exponerte abiertamente, tales como estos:

  • Respondes mal las preguntas que te realizan.
  • Confundes frecuentemente palabras similares como mesa y meta, o casa y pala.
  • Mantienes un volumen muy alto en el televisor o equipo de sonido.
  • Debes repetir constantemente lo que dices.

¿Hay consecuencias si no aceptas padecer de hipoacusia?

Realmente sí, pues podrías estar obligándote a transformar tu vida social por la negativa de aceptar un problema, que aparte de ser normal, presenta soluciones factibles para desvincularse de la sensibilidad auditiva.

  1. Dejas de realizar actividades favoritas.
  2. Evitas toda situación que pudiera provocar dificultad para escuchar.
  3. Pierdes el dinamismo.
  4. Evitas conversaciones.
  5. Pierdes tolerancia hacia tus familiares o amigos.

¿Cuáles son los tipos de hipoacusia?

Como muchas complicaciones médicas, estas pueden presentarse en diversos grados o niveles, y en el caso de la hipoacusia, que como ya mencionamos, trata sobre la disminución de la sensibilidad auditiva, la cual puede presentarse en un solo oído o afectar ambos oídos.

Para determinar en qué grado o nivel se encuentra la pérdida de ese sentido en un paciente, es necesario clasificar cuánto han descendido los umbrales auditivos.

  1. Hipoacusia leve: Es este caso, es posible que la persona afectada mantenga una conversación normal frente a frente con otra persona o con un grupo pequeño, siempre y cuando el ambiente esté tranquilo, sin dificultades para escuchar.
  2. Hipoacusia moderada: Se presentan inconvenientes para escuchar, aún cuando el receptor se encuentra frente a frente y el ambiente esté tranquilo, sin ningún tipo de interferencias.
  3. Hipoacusia severa: La persona afectada no percibe la voz a un volumen normal, sólo si ésta se proyecta muy fuertemente.
  4. Hipoacusia profunda: Al igual que el caso anterior, el paciente no percibe la voz aunque esta sea fuerte.
  5. Anacusia o cofosis: Se trata de la pérdida total y completa de la audición.

También, por si no lo sabías, la hipoacusia guarda otro tipo de clasificación de acuerdo a qué parte del oído se encuentre afectada:

  • Hipoacusia conductiva o de transmisión: Se produce por la alteración del oído externo o medio.
  • Hipoacusia perceptiva o neurosensorial: Es por causa de una lesión en el oído interno o en las vías nerviosas auditivas.
  • Hipoacusia mixta: Cuando existen alteraciones simultáneas en la transmisión y percepción del sonido.

Hipoacusia neurosensorial

Como ya te adelantamos, la hipoacusia neurosensorial se presenta cuando la pérdida de audición se presenta por afección en el oído interno o del nervio auditivo. Principalmente, la causa de este problema es un daño directo en la cóclea, que es el órgano que le da vitalidad al sentido de escuchar.

Sin embargo, de manera más concreta puede tratarse de una consecuencia congénita de nacimiento o una patología adquirida en algún momento de la vida, ya sea por un traumatismo craneal, exposición constante de ruidos altamente agresivos, tumores en el nervio auditivo, enfermedades como el síndrome de Meniere o por envejecimiento natural de los años. También puede mencionarse que, algunos medicamentos pueden producir efectos secundarios y generar ototóxicidad, lo que se traduciría a una hipoacusia.

En el caso de los niños, el panorama más frecuente es la hipoacusia congénita, ya sea por herencia de los padres o propiciada por malformaciones de las estructuras del sentido auditivo durante el desarrollo el feto en el embarazo. Estas complicaciones pueden definirse como toxoplasmosis o citomegalovirus.

La hipoacusia de carácter neurosensorial, puede presentarse de manera leve o severa, y afectar a un solo o ambos oídos, lo que sería unilateral o bilateral, respectivamente. Si se trata de una afección en un solo oído, es posible que se dificulte encontrar la providencia de sonidos o ruidos de fondo. Ahora, cuando afecta de manera bilateral, la limitante se presenta para entender palabras, incluso cuando se expresan en volumen alto.

¿Existe algún tratamiento?

Si se trata de una hipoacusia neurosensorial leve o moderada, ya sea en uno o los dos oídos, el tratamiento inmediato más regular se basa en la colocación de un audífono convencional.

Pero, si se trata de una afección profunda y grave, es posible considerar la opción de incorporar un implante de conducción ósea, el cual se encarga de transmitir el sonido a través del hueso del cráneo desde el oído dañado hasta el oído interno del otro lado, mejorando la calidad y percepción auditiva.

En caso de que el paciente sufra de una pérdida bilateral profunda, la opción de incorporar prótesis auditivas no es de mucha utilidad, ya que la sensibilidad de audición se encuentra completamente dañada y no representará ninguna mejoría. Es allí donde es prudente incorporar implantes cocleares.

¿Qué es un implante coclear?

Se trata de un artefacto electrónica que se establece en el oído medio a través de una intervención quirúrgica que permita estimular el nervio auditivo de manera directa. Lo llamativo de los implantes cocleares, es que a diferencia de los audífonos amplificadores de sonido, estos convierten las ondas sonoras en impulsos eléctricos que el nervio auditivo lleva al cerebro, recuperando así la completa sensación de oír.

Hipoacusia leve

En este nivel de hipoacusia, los niveles de umbrales auditivos se ubican entre 25 y 40, por lo que los pacientes se enfrentan regularmente a las dificultades de mantener una conversación convencional, especialmente en ambientes con mucho ruido.

Sin embargo, no debe tratarse como una problemática leve o de poca importancia, ya que los niños con hipoacusia leve podrían estar en riesgo de sufrir complicaciones en su proceso de aprendizaje, así como en el desarrollo del habla, el lenguaje, y también en sus relaciones sociales.

Es importante aclarar que, no todos los análisis auditivos neonatales detectan de manera clara o directa la patología, por lo que la mayoría de los bebés podrían no representar ningún problema ni ser identificados como tal, sino cuando se presentan algunos de los retrasos ya mencionados.

Hipocausia bilateral

De manera más detallada, la hipoacusia bilateral se basa en la dificultad de detectar los sonidos en ambos oídos, lo cual puede generarse de manera parcial o total. Ésta afección se diferencia de la hipoacusia unilateral, ya que no afecta a un solo oído nada más.

Según sea el lugar específico de la lesión, se pueden encontrar 2 tipos de hipoacusia, las cuales pueden ser de carácter conductivo o de transmisión, donde el oído se ve afectado en términos mecánicos, puntalmente en el oído medio y externo, también puede presentarse de carácter neurosensorial o de percepción, donde la afección es en el oído interno, principalmente en el nervio auditivo.

En algunos casos, ambos tipos de hipoacusia bilateral pudieran coincidir en un mismo paciente, colocando en riesgo las 3 partes del oído al mismo tiempo. Pero, debes saber también que, estos tipos de hipoacusia pueden tener lugar tanto en la hipoacusia bilateral como unilateral.

¿Cuáles son las causas de la hipoacusia bilateral?

Si se trata de una pérdida auditiva que se produjo en una edad adulta o después de la edad infantil, pueden presentarse diversas razones, como las que leerás a continuación:

  • Acumulación excesiva de cera en el oído.
  • Infecciones auditivas que generan la permanencia de líquido en los oídos.
  • Daños sufridos en los osículos.
  • Objetos externos que han quedado atascados en el oído.
  • Cicatrices o agujeros en el tímpano.

Para disminuir las posibilidades de padecer de hipoacusia, la prevención es el mejor tratamiento de ésta y todas las enfermedades, por ello es recomendable que se realicen revisiones periódicas del sentido auditivo, especialmente después de los 50 años de edad. Asimismo, es importante mantener una buena higiene auditiva, evitar exceso de humedad en los oídos, corrientes de frío, entre otros cuidados.

Hipoacusia de transmisión

La hipoacusia conductiva o de transmisión se produce cuando las ondas sonoras no logran pasar al oído interno a través del oído externo y medio. Una manera de recrear esa sensación es tapándose el oído y sentir escuchar los ruidos con lejanía.

Son muchas las causas que pueden propiciar esta problemática, pero las principales pueden describirse como infecciones del oído medio, que sería una otitis media, tumores benignos, tímpanos perforados, traumatismos y malformaciones del oído medio y externo.

¿Hay tratamiento para la hipoacusia de transmisión?

El principal tratamiento se basa en la incorporación de una prótesis auditiva, siempre y cuando se trata de una hipoacusia leve, ya que si se padece de una pérdida auditiva de tipo moderada o grave, la prótesis no representaría ninguna mejoría o solución al problema. También existen tratamientos quirúrgicos que se pueden realizar según sea el caso, el nivel y la clasificación de la hipoacusia de la persona afectada.

¿Cómo puedes comunicarte mejor ante una hipoacusia?

Si eres quien padece de hipoacusia o eres parte del núcleo comunicacional de una persona con ésta patología, es importante que puedes brindar el apoyo y colaboración para lograr una comunicación eficaz y más placentera, sin importar las limitantes o interferencias naturales de la pérdida auditiva. Para que puedas lograrlo, te dejamos algunas sugerencias y recomendaciones que puedes tomar en cuenta.

  • Disminuir la distancia con la persona hipoacúsica para conversar.
  • Observar a la persona de frente para que la proyección de la voz vaya en su dirección.
  • Evitar hablar mientras se come o mastica, tampoco hacerlo al fumar.
  • No colocarse las manos en la cara, ni cualquier otro objeto que oculte los labios.
  • Evitar conversar en un ambiente donde exista tanta luz que limite la lectura de las expresiones fáciles, corporales y de los labios, por parte del paciente con hipoacusia.
  • Reducir cualquier sonido que pueda ser una interferencia, como bajar el volumen del televisor o el radio.
  • Pronunciar bien cada palabra para lograr una conversación clara.
  • No transmitir las ideas demasiado rápido.
  • Ser paciente con los inconvenientes de comprensión.
  • Evitar las conversaciones en grupos numerosos donde la comunicación sea más atropellada.

Cabe resaltar que, es posible que muchas personas con pérdida auditiva leve o que fueron diagnosticadas recientemente, sientan algún tipo de incomodidad si se les presenta una atención diferente o especial. Por ello es importante actuar lo más natural posible, haciendo el hincapié siempre en prestar la máxima colaboración.

Sin embargo, en otros pacientes con un déficit más fuerte, quizás se muestren muy agradecidos y hasta sea parte de su solicitud antes de conversar abiertamente. Así que, ante cualquier caso, debes ser muy observador y determinar qué actitud tomar para no causar mayores molestias.