Historia de las pandemias: el siglo XX

Publicado el 10 noviembre 2020 por Mj Sol

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Llegamos a 1918 año en el que aparece la peor pandemia reciente que ha sufrido la humanidad, la mal llamada gripe española. Pero es una pandemia extrañamente silenciada por sus propios protagonistas. Virginia Woolf la comparó en su diario con la peste negra, pero aquella dejó múltiples crónicas, literatura y manifestaciones artísticas y de la gripe española nadie quiso hablar. Sin embargo, es uno de los ejemplos de cómo una pandemia puede cambiar la historia. Y la trataremos más extensamente en otra ocasión.

Imagen de www.caracteristicas.co/historia/

Contemos, por ahora, que surgió en Estados Unidos en 1918 y llegó a Europa trasladada por las tropas norteamericanas que venían a luchar en la Primera Guerra Mundial. España era un país neutral y el único en el que la prensa informaba de la grave enfermedad que estaba atacando al mundo. Los otros países no querían mencionarla porque eso suponía minar la moral de las tropas y dar información estratégica al enemigo. Pero pronto todos los ejércitos se vieron diezmados y aquello precipitó el fin de la guerra.

Esta enfermedad duró dos años en los que se distinguieron tres olas, siendo la de mayor mortandad la segunda (agosto de 1918) cuando la gente, creyéndola desaparecida tras bajar la curva de la primera oleada, salió a la calle en masa a celebrar fiestas, procesiones y manifestaciones ignorando las recomendaciones de huir de las aglomeraciones, usar mascarilla y extremar la higiene. Se estima una mortalidad de entre 50 y 100 millones de personas.

Titulares de prensa de la gripe española o spanish influenza.
Imagen de la Biblioteca Nacional de España.

Esta no fue la única pandemia que sufrió el siglo XX y que fue silenciada. En 1957 hizo su aparición la gripe asiática (H2N2). Pero la prensa apenas publicó unas pocas notas. Se originó en China en 1957 y se propagó por el mundo hasta 1959 en que se dio por finalizada. Fueron los mismos hospitales y los médicos quienes tuvieron que gestionar esta epidemia.

Sabemos que fue a raíz de la gripe española que las potencias modernas comenzaron a preocuparse de las cuestiones sanitarias y vieron la necesidad de crear una sanidad pública. Precisamente por ello se fundó la OMS en 1948 (Organización Mundial de la Salud). La OMS se preocupó de crear una vacuna cada año adaptada a las mutaciones de la gripe, pero esto no evitó que la asiática (variante de la gripe A) se cobrara la vida de un millón de personas.

Apolo 8. NASA
Johnson Space
 Center. Wikipedia.

Y si la prensa y la población se habían callado ante la gripe asiática, volvieron a hacer lo mismo en 1968 con la gripe de Hong Kong (H3N2).En menos de dos años se había convertido en una pandemia que recorría el mundo sin abrir ningún telediario, sin que ningún gobierno se preocupara de poner restricciones de movilidad o confinamientos. La gente siguió haciendo su vida normalmente. Los periódicos hablaban de las misiones Apolo o del mayo francés del 68, pero muy pocas noticias trataban de esta enfermedad. De nuevo fueron la OMS, los hospitales y los médicos los que se ocuparon de ello. El Timesfue uno de los pocos periódicos que dio alguna noticia de la gripe de Hong Kong, sobre todo porque en 1970 había llegado a Inglaterra y había colapsado sus hospitales con 2.800 muertos por semana y numerosas bajas entre los sanitarios. Fue, precisamente, en 1970 cuando se dio por finalizada dejando un saldo de un millón de víctimas.

Vista de Hong Kong en 1968.
Imagen de Flickr.

En 1981 se detectaron los primeros casos de SIDAque, como la mayoría de las enfermedades, se transmitió de animal a persona. Al principio se pensó que era un mal que solo sufrían las personas homosexuales o drogodependientes. Esta creencia errónea hizo que el resto de la población no tomara precauciones y convirtió al síndrome en una terrible pandemia. El mismo desconocimiento médico llevó a infectar a personas en hospitales al recibir una transfusión sanguínea tras una intervención quirúrgica o como parte del tratamiento de otra dolencia.

Dar positivo era sinónimo de muerte y el enfermo quedaba totalmente estigmatizado y rechazado por la sociedad. El SIDA se llevó a unos 35 millones de personas. Tras muchos estudios y campañas, hoy en día se conocen las vías de transmisión y como evitar el contagio. Gracias al avance en los tratamientos se ha alargado mucho la esperanza de vida del paciente y se ha llegado a convertir en una enfermedad crónica, aunque aún no tiene cura. A pesar de ello, cada año mueren unas 650.000 personas.

La Tierra, primera imagen tomada por una persona. De U.S. govt.
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