Historia, tradición y arte convergen en el resurgir de un antiguo instrumento

Por Isa @ISA_Universidad

Por Marjorie Peregrín
Dirección de Patrimonio Cultural
Publicada: 17/06/2011

Un verdadero tesoro guarda la antigua Iglesia de San Francisco de Paula, consagrada a la música antigua: un órgano construido entre 1845 y 1855 por la casa francesa Daublaine-Ducroquet, que originalmente existió en ese templo, y al que la obra de restauración ha devuelto su esplendor y el Conjunto de Música Antigua Ars Longa da vida en conciertos dedicados al repertorio compuesto especialmente para el instrumento. Este 17 de junio, a las 7:00 de la noche, el organista Moisés Santiesteban nos propondrá un recorrido por la música de las escuelas alemanas de los siglos XVI y XVII, y ha querido compartir con Habana Patrimonial sus consideraciones sobre el resurgir de la música para órgano en el Centro Histórico de la Ciudad.

Al órgano se le llama rey de los instrumentos, podrías describir sus características fundamentales y explicar por qué se le denomina así?

El órgano, a diferencia del piano, está conformado por tubos, aunque se ejecuta a través de un teclado muy similar al piano. También tiene otro teclado en los pies que se llama pedalero y su funcionamiento es muy parecido a un instrumento de viento, con la única diferencia que en vez de uno soplar el tubo, es un mecanismo interno bastante complejo el que hace que funcione y suene. Tiene varios tipos de familia de tubos y de acuerdo con las combinaciones de estas y las alturas de cada uno, se consiguen distintos timbres; de ahí que se llame en algunos libros como el rey de los instrumentos, pues al igual que el piano puede hacer de orquesta.

¿Cómo es que siendo graduado de piano dedicas tu carrera al órgano?

Soy graduado de piano del ISA, me gusta el piano muchísimo. Llego al órgano a través del Conjunto de Música Antigua Ars Longa,  y de la restauración del órgano de San Francisco de Paula. Este órgano es muy interesante porque es del siglo XIX, y fue restaurado y llevado a su lugar primigenio, No se le puso nada artificial nuevo, sino que se trató de reconstruir tal y como sonaba en la época en que fue construido.

Me gusta porque de pequeño fui formado en una familia donde se escuchaba música de órgano. Con él puedo expresar muchos sentimientos, me siento muy atraído hacia su sonoridad, hacia el repertorio compuesto para él, Encuentro en este instrumento muchas facetas del alma, manifestadas a través del sonido que producen esos tubos, que lo mismo pueden producir un sonido muy grandilocuente, que otro muy tierno. Es muy especial para mí, no podría decirte en tan solo unas palabras, solo sé que me gusta mucho, y que lo disfruto y espero cada día poder tocarlo mejor.

A partir de la inauguración del órgano Ducroquet en la iglesia de Paula y de la donación de otro (Maurice Delmotte, Bélgica, 1954) a la Basílica Menor de San Francisco se han hecho frecuentes los conciertos dedicados a este instrumento en el Centro Histórico, y han surgido otras iniciativas para perpetuar el conocimiento y el disfrute de este antiguo instrumento…

En este momento estamos tratando de rescatar un espacio en Ciudad de La Habana, donde el público pueda redescubrir el repertorio tan amplio que tiene el órgano, que es mucho más antiguo que el piano. Tiene siglos y siglos de creado y hasta el día de hoy se hace música para órgano en otros países. El reto que tenemos es dar a conocer la música para este instrumento y fomentar que los compositores cubanos se interesen por empezar a producir música para órgano dentro de nuestro país, y crear entonces un espacio y una futura escuela donde las personas puedan formarse dentro de este instrumento y podamos gozar de él tanto como del piano.

Tenemos habilitados en estos momentos tres órganos de tribuna, porque hay distintos tipos de órgano. Uno restaurado por el taller del organero Joaquín Lois (Tordesillas, España y el maestro ebanista Rosa Lima Pino, de la Oficina del Historiador, que es el Daublaine-Ducroquet, Francia, 1845-1855, en la iglesia de San Francisco de Paula; otro en la Basílica Menor de San Francisco (Maurice Delmotte, Bélgica, 1954), y un tercero que pertenece al Arzobispado, y está en la Catedral de La Habana (Johannus, Monarke, Holanda, 2005).

Seguimos soñando, porque hemos visto realizadas algunas utopías. De no tener ningún órgano, ya tenemos tres instrumentos que hacen sonoridades y también existen dentro del grupo Ars Longa dos pequeños órganos que se usaban normalmente para las cortes y para hacer continuos, y con ellos también hacemos música.

El órgano de la Iglesia de San Francisco de Paula es el único instrumento de su tipo en Cuba que se conserva en su emplazamiento originario. Se conoce que a inicios del siglo pasado se trasladó a una iglesia en la barriada del Mónaco, hasta que en 2000 fue donado por las autoridades eclesiásticas a la Oficina del Historiador de la Ciudad. De sistema mecánico, conserva gran parte de la tubería y maquinaria originales, y su restauración fue realizada por el taller del organero Joaquín Lois, Valladolid, España, y el maestro ebanista del Gabinete de Restauración Rosa Lima Pino, quien restauró la caja del instrumento, con fachada de estilo neogótico. Se inauguró en el VI Festival de Música Antigua Esteban Salas, que estuvo dedicado a este instrumento.