A los pocos minutos sale el comandante del vuelo a Marruecos y me dice en inglés que el pasajero inadmitido dice que no va a Marruecos, si no que va a Dublín. Mi primera reacción fue de... "El inadmitido no se quiere ir y ya la está montando". Me equivoqué.
Comprobé su billete junto al comandante, el pasajero y la sobrecargo...ponía que iba a Dublín. Aviso a operaciones y a los pocos minutos aparecen de nuevo los policías nacionales con una cara que era un poema jajaja. Se habían equivocado ellos. Lo curioso es que todo esto se descubrió porque el asiento en el que iba a sentarse el inadmitido ya estaba ocupado...si no lo hubiera estado...probablemente se habría ido...
Parece imposible que un viajero se suba a un vuelo que no es el suyo, pero lo cierto es que desde que trabajo en el aeropuerto he oído ya varias historias que han ido ocurriendo en estas semanas. Pasajeros que se saltan cintas de seguridad, que se cuelan en otros embarques, que abren puertas que deberían estar cerradas... Las posibilidades en ocasiones superan hasta a la propia imaginación. Pero lo cierto es que ocurre.
Es fundamental estar atento a la información de las pantallas, cumplir con los filtros de seguridad y tener cuidado para evitar acabar en un lugar no deseado.
Buenos vuelos, pero al destino correcto!