En Ho’oponopono aprendemos que el intelecto no fue creado para saber, fue creado para elegir. Esa es la única función del intelecto. Estamos para soltar o no soltar, para tener razón o no, para tener la última palabra o no. Tenemos la elección de hacerlo por el camino del intelecto o por el camino de Dios.
Este viaje a Israel me hizo tomar más consciencia de que nuestros ancestros sabían que la única forma de ver y experimentar milagros era a través de la fe, y que manteniéndose unidos encontrarían la fuerza para enfrentarse a cualquier desafío que se interpusiera en su camino. Sabían que la solución a sus problemas vendría del cielo. La respuesta no se encontraba en la Tierra.
Para mas información Aquí