Homo Responsabilus 2024: claves de sostenibilidad para pensar –y construir– un futuro verde

Por Pallares
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Recientemente, la compañía Atlantia, un spin off de la agencia de diseño evolutivo Evolution Agency, presentó su nuevo reporte de tendencias sostenibles Homo Responsabilus 2024, una investigación que integra la visión de expertos, científicos, influencers y entidades gubernamentales en materia de sostenibilidad. Basándose en estas investigaciones anuales la empresa brinda soluciones de sostenibilidad inteligente para impulsar el cambio y reducir la huella de carbono paso a paso.

Según el informe encaminarse hacia las metas definidas en la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible requerirá de una gran aceleración en el esfuerzo. La energía generada a base de carbón debe eliminarse siete veces más rápido y la tasa de deforestación debe disminuir cuatro veces más rápido que la tasa actual. A nivel global también se requiere cambiar ocho veces más rápido hacia dietas más saludables y sostenibles.

En relación con la energía solar y eólica, el crecimiento anual promedio de los últimos años fue de 14 %, pero para cumplir con los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) se debe alcanzar el 24 %. Para llevarlo a ejemplos prácticos: tan solo eliminar el carbón en la generación de electricidad siete veces más rápido, equivale a desactivar cerca de 240 centrales eléctricas alimentadas con carbón de tamaño medio cada año hasta el 2030.

Los progresos realizados en la adopción de tecnologías sin emisiones de carbono (energía solar y eólica, bombas de calor y autos eléctricos, entre otras) muestran que el cambio no lineal no solo es posible, sino que ya está en marcha en algunos sectores. Aun así, Atlantia insiste en que será necesaria una enorme aceleración del esfuerzo en todos los rubros para encaminarse hacia 2030.  

El primer dato que arroja el reporte va directo al corazón del asunto: 2023 fue el año más caluroso jamás registrado. Durante parte del año la extensión de hielo marino en las regiones polares fue la más baja que se haya observado, mientras que en el invierno del hemisferio sur el hielo marino en la Antártida estuvo más de un millón de kilómetros cuadrados por debajo del récord mínimo anterior.

En un estudio realizado por Deloitte, Climate chance climbs to top business priority for boards, realizado entre altos ejecutivos de 24 países, el 61 % manifestó que el cambio climático tendrá un alto impacto en la estrategia y las operaciones de las organizaciones durante los próximos tres años.  Además, el 75 % dijo que sus organizaciones aumentaron sus inversiones en sostenibilidad durante el último año. Por otra parte, existe un amplio reconocimiento de que el progreso hacia las soluciones requerirá de la colaboración de todo el ecosistema de organizaciones privadas, públicas y sin fines de lucro. “Ahora bien: si eras de los que pensaban que este tipo de fenómenos solo influía en las vidas de los seres humanos, y en los procesos de la flora y fauna del planeta, ¡es tiempo de que abandones esta perspectiva! A esta altura ya está más que claro que también afectan a las compañías y a sus resultados”, remarca en su texto el Homo Responsabilus.

A continuación, compartimos algunos de los highlights del reporte de sostenibilidad presentado por Atlantia.

_Los años 2024 y 2025 serán claves

Los países deberán presentar sus compromisos climáticos nacionales actualizados en la COP30 que se llevará adelante en Brasil, en noviembre de 2025. En instancias anteriores, como la COP28 de las Naciones Unidas que tuvo lugar en diciembre de 2023, los gobiernos de casi 200 países acordaron acelerar la transición para abandonar los combustibles fósiles en esta década crucial. Se acordó también triplicar la generación de energía renovable para 2030 —principalmente solar y eólica—, y se hizo foco sobre tecnologías limpias complementarias (como la energía nuclear y la captura de carbono). A partir de ese encuentro quedó muy en el claro que hay que tender hacia la eliminación de combustibles fósiles. Lo que no está tan claro es cómo será la transición energética, qué combustibles son los considerados de transición y cuáles son los plazos para concretar el cambio.

La transformación real no puede quedar solo en manos de los gobiernos, por lo que la iniciativa en torno al cambio de la matriz energética debe ser impulsada principalmente por las empresas, que deben verla como una oportunidad de innovar y adelantarse a un escenario que sin dudas más temprano que tarde llegará.

Cabe destacar que los consumidores están tomando un papel mucho más activo alrededor de este tema y tenderán a elegir cada vez más a aquellas empresas que encarnen el cambio. De hecho, esto está ocurriendo y ya no es ninguna tendencia a nivel mundial que los consumidores decidan comprar a una marca con un claro compromiso con la sostenibilidad. Este nivel de conciencia es irreversible.

_El desafío de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI)

Al ritmo actual de las emisiones GEI, habremos agotado el presupuesto de carbono que nos queda (8%) para finales de esta década. Se advierte la necesidad de que las emisiones globales se reduzcan aproximadamente a la mitad para 2030, a fin de mantener el objetivo de no aumentar la temperatura global en más de 1.5 °C en relación con la época preindustrial. Según la última investigación del equipo científico del Global Carbon Project, en 2023 las emisiones globales de carbono procedentes de combustibles fósiles alcanzaron niveles récord. El informe indica que las emisiones de CO2 fósiles están disminuyendo en algunas regiones (incluidas Europa y Estados Unidos) pero, a escala global, siguen aumentando. Por ejemplo, las emisiones derivadas del cambio en el uso de la tierra (por ejemplo, por la deforestación) disminuirán ligeramente, pero aún serán demasiado altas para ser compensadas por la reforestación y la creación de nuevos bosques.

Un caso auspicioso en este sentido es el de Natura, una empresa brasileña de 50 años que protege dos millones de hectáreas en el Amazonas mediante un programa lanzado en 2011. Natura es la primera compañía latinoamericana considerada como la más sostenible, según Corporate Knights, y dentro de sus objetivos está desarrollar un polo mundial de tecnología en negocios sostenibles, entre ellos uno de economía forestal en pie y de generación de impacto ambiental positivo. Para ello trabaja junto a 40 comunidades y 8300 familias para preservar la biodiversidad de la Amazonía brasileña, de donde obtiene muchos de los ingredientes que utiliza para elaborar sus productos de cosmética.

Otro caso interesante es el de Mercado Libre, considerada una de las empresas más valiosas de Latam y top 3 entre las marcas más reconocidas. En 2021 esta empresa lanzó “Regenera América”, un programa que promueve la regeneración y conservación mediante la financiación de proyectos que combinan la protección de la biodiversidad y la captura de dióxido de carbono de la atmósfera. Desde su comienzo las iniciativas agrupadas dentro de este programa impulsaron procesos de restauración y conservación en más de 15.000 hectáreas de bosque nativo, lo que equivale a más de 14 millones de árboles restaurados o conservados. Según Forbes esto podría resultar en la captura estimada de más de 1.1 millones de toneladas de CO2 en 30 años.

_Energías limpias para una riqueza infinita

Hay 50 % de posibilidades de que el calentamiento global supere los 1.5 °C de manera constante alrededor de 2030, si se consideran los niveles de emisión actuales. La buena noticia es que, según los expertos, incluso si cruzamos el límite de 1.5 °C es posible invertir la tendencia y detener el calentamiento global.

Un informe reciente de la ONU indica que los compromisos de reducción de emisiones, presentados por los países luego de la COP28 de París, encaminan al mundo hacia un calentamiento catastrófico de 2.5 a 2.9 °C para el año. Por eso es urgente e indispensable que cada compañía pueda hacer su transición hacia las energías renovables.

Por ejemplo, la bodega mendocina Trivento es un caso de éxito de minimización del impacto ambiental. Cuenta con riego de precisión en casi la totalidad de sus 1.500 hectáreas plantadas y reutiliza el 100 % de los residuos orgánicos de la vendimia para generar compost, mejorando con ello la estructura de los suelos. En 2019 instaló una planta fotovoltaica de 4.800 metros cuadrados (918 paneles solares).

En el oeste de España, la empresa Iberdrola activó la mayor central solar del continente europeo con unos 1.5 millones de paneles solares y una capacidad de 590 megavatios, que producirá electricidad suficiente para abastecer a más de 330 mil hogares.

En América Latina también se observan algunos avances hacia el uso de energía renovable. Por ejemplo, el 24 de febrero de este año Uruguay alcanzó una marca notable: el 100 % de la generación eléctrica del día se produjo con fuentes renovables, con la eólica y la hidráulica encabezando la lista. Además del gran desarrollo que logró en su matriz energética en base a las energías renovables, Uruguay lanzó recientemente la Estrategia Nacional de Economía Circular, un plan que busca potenciar este enfoque y reducir los desechos y las emisiones de dióxido de carbono.

Más allá de la lentitud de los cambios, y de algunos procesos que desalientan, hay una serie de indicadores que demuestran que estamos por buen camino: en 2023 el mundo añadió 510 mil millones de vatios de capacidad de energía renovable, un 50 % más que en 2022. Esto equivale a toda la capacidad energética de Alemania, Francia y España juntas. Y se espera que en los próximos cinco años se produzca un crecimiento aún más rápido de las energías renovables.

_Tecnologías al rescate

En el mundo hoy disponemos de la tecnología necesaria para sustituir los combustibles fósiles en toda la economía: en la generación de electricidad, el transporte, la calefacción, la cocina y los procesos industriales. La creciente demanda del mercado de tecnologías de energía limpia tales como eólica, solar, baterías y automóviles eléctricos está desplazando paulatinamente a las tecnologías contaminantes entre las cuales se encuentran la energía alimentada con carbón y los vehículos con motor de combustión. 

La energía solar fotovoltaica y la eólica terrestre son actualmente las opciones más económicas para la generación de electricidad en la gran mayoría de los países. En 2022 las ventas mundiales de bombas de calor experimentaron otro año de crecimiento de dos dígitos, alcanzando +40 % en Europa. A su vez gracias a la aprobación de la Ley de Reducción de la Inflación en Estados Unidos, las empresas están anunciando cientos de proyectos de fabricación e instalación de energías limpias, de producción de baterías turboalimentadas y vehículos eléctricos, lo que además deriva en la creación de decenas de miles de nuevos puestos de trabajo.

Probablemente la aceleración de la transición energética venga por el lado de la competencia. En tal escenario, aquellos que demuestren una mayor capacidad de adaptación tendrán su premio y se quedarán con las oportunidades. Cabe recordar que las dos marcas líderes de autos eléctricos, Tesla y Huawei, no pertenecían a la industria automotriz y hackearon la categoría para librarse a una batalla a contrarreloj.

Otro ejemplo de transformaciones posibles es el que se está viviendo en el ámbito del desarrollo de software. En este campo el enfoque del green software (o software verde) apunta a plasmar desarrollos ambientalmente sostenibles que reduzcan el consumo de recursos.

También es muy debatido en estos tiempos es el que tiene que ver con las tecnologías de remoción artificial de dióxido de carbono de la atmósfera. Se estima que estos métodos podrían absorber 0,01 millones de toneladas de CO2, pero en realidad esta cifra es más de un millón de veces menor que las emisiones globales actuales de CO2.

Vale como ejemplo Heirloom Carbon Technologies, una empresa que se dedica a la absorción de CO2 en el valle central de California. Esta firma utiliza estantes de 13 metros de altura que contienen cientos de bandejas llenas de un polvo blanco que se vuelve crujiente al absorber dióxido de carbono de la atmósfera. Heirloom toma el CO2 que extrae del aire y sella el gas de manera permanente en el concreto, de modo tal que no pueda calentar el planeta. La primera instalación de Heirloom en Tracy, California, es bastante chica: la planta solo puede absorber un máximo de mil toneladas de CO2 al año, lo que equivale al escape de unos 200 autos.

Aun cuando estas iniciativas puedan tener las mejores intenciones, los críticos señalan que muchos métodos artificiales para eliminar el dióxido de carbono del aire son tremendamente caros, y algunos temen que puedan distraer la atención de los esfuerzos por reducir las emisiones. Lo cierto es que frente al actual estado de cosas la pregunta sigue siendo: ¿cómo mitigar el cambio climático? Y la respuesta es a la vez fácil y muy tajante en sus implicancias: se necesitan reducciones de emisiones radicales en todos los sectores de la economía.

_La IA al servicio de la agricultura regenerativa

En las últimas décadas, la tecnología y la ciencia avanzaron en su conocimiento de una forma sorprendente. De acuerdo con un estudio de Microsoft realizado con PwC, el uso de IA en aplicaciones medioambientales podría aportar hasta 5.2 mil millones de dólares a la economía mundial para 2030, además de que solo el 4 % de las empresas encuestadas han implementado soluciones de IA a escala, mientras que la mayoría de las organizaciones se encuentran todavía en fase experimental o piloto.

Afortunadamente, la inteligencia artificial ya está jugando un rol clave tanto en lo que tiene que ver con agricultura regenerativa como en green software, ya que aporta una serie de herramientas que pueden transformar la forma en que cultivamos alimentos, haciéndola más sostenible, precisa y eficiente.

Sensores y algoritmos inteligentes pueden evaluar la madurez y calidad de los cultivos, permitiendo a los agricultores programar la cosecha en el momento óptimo. Esto reduce las pérdidas y mejora la calidad de los productos alimenticios. Y, en esta búsqueda de cuidar la biodiversidad, también resulta oportuno compartir el caso de la compañía chilena llamada Notco, un proyecto enmarcado dentro del campo de la foodtech que usa su inteligencia artificial propietaria para proteger especies en peligro de extinción. La firma se propuso “reinventar la industria alimentaria” al sacar a los animales de la producción de alimentos y trabajar con propuestas basadas en vegetales. Para ello se enfocó en crear un algoritmo que pudiera aprender combinaciones infinitas de plantas para replicar los productos animales, crear alternativas y que su sabor fuese más delicioso. Por ejemplo, creó propuestas a base de plantas para el pollo, leche, queso y barras de snacks, entre otros. Recientemente, creó un plato que replica el sabor de la sopa de tortuga verde marina.

Según un estudio de la Universidad de Michigan, Estados Unidos, producir una hamburguesa vegetal requiere de hasta 93 % menos de superficie de cultivo, reduce las emisiones de efecto invernadero en un 90 %, requiere un 99 % menos de agua y 46% menos de energía. Teniendo estos datos en cuenta, en 2020, Burger King lanzó su hamburguesa Rebel Whopper, que está elaborada con una carne vegana de Impossible Foods. La hamburguesa fue un éxito comercial y desde 2022 el lema de la campaña es “¿Normal o con carne?”: si no lo aclarás, te sirven la hamburguesa de carne vegana.

_Comodidad plástica, consecuencias duraderas

Las estimaciones indican que se recupera globalmente solo el 14 % del plástico que se produce, mientras que el 2 % del plástico generado luego del reciclaje vuelve al ciclo en productos similares al original. Además, a diferencia del reciclaje del vidrio y el metal, plástico es caro e ineficiente.

El plástico no es una solución para el mundo. Hay que evolucionar a otro modelo y debe hacerse de manera urgente. Como se aprecia con el ejemplo de Burger King no se necesita más que ingenio y empatía para ser un game changer. Pero en este punto de quiebre juegan también las políticas y los Estados (Francia y Australia aprobaron restringir el uso de EPS o polímeros o copolímeros estirénicos en envases a partir del 1 de enero de 2025, a menos que puedan integrarse en un sistema de reciclaje).

Uno de los casos más destacados de este último periodo es la empresa californiana Protein Evolution, compañía que utiliza IA para diseñar enzimas capaces de descomponer residuos plásticos en sus componentes básicos. Estos componentes pueden luego ser reutilizados para crear nuevos productos, cerrando el ciclo de vida del material y reduciendo la necesidad de producir plástico virgen a partir de combustibles fósiles.

_Giro hacia la circularidad

Cada año generamos más de 2 mil millones de toneladas de residuos sólidos urbanos en todo el mundo (lo que equivale a seis o siete veces el peso de cada uno de nosotros en desechos por año). Y, según proyecciones científicas, los residuos sólidos se duplicarán para 2050, alcanzando 4.000 millones de toneladas al año.

Frente a este panorama las personas tenemos que reinventarnos y las empresas también. Amazon, la gigante del comercio electrónico, se ha destacado en la optimización de sus envases para minimizar el desperdicio y reducir el impacto ambiental. Sus envases diseñados para ser reciclables y reutilizables son un ejemplo de cómo una empresa puede combinar eficiencia logística con sostenibilidad ambiental. El 11% de los pedidos se envían sin caja de Amazon y además eliminó los plásticos de un solo uso, cambiándolos por bolsas de cartón y papel 100 % reciclables. Más ejemplos: utiliza empaquetado de papel, fabricados con materiales a base de celulosa, reciclables y biodegradables; y cinta adhesiva de papel, que es una alternativa reciclable y biodegradable para no usar plástico.

Queda claro que los cambios que necesita el planeta y sus ecosistemas deben estar sustentados por liderazgo, políticas e incentivos inteligentes. Y también por esfuerzos de innovación, instituciones sólidas y cambios de comportamiento y valores. Acelerar estos cambios, no es sencillo. Pero tampoco es imposible. Debemos hacernos las preguntas correctas y no dejarnos abrumar por el exceso de información.

Despedimos esta lectura con una anécdota auténtica y ejemplificadora extraída de este último Homo Responsabilus presentado por Atlantia:

Jack Sweeney, un estudiante de 19 años, ha estado rastreando el jet privado de Elon Musk y publicando sus ubicaciones en Twitter desde junio de 2020. Utiliza datos de transportadores de aviones, un algoritmo y un bot que él mismo creó para seguir la ubicación del avión, también hizo lo mismo con la cantante Taylor Swifft. Al enterarse de esto, Musk le pidió que cerrara la cuenta @ElonJet, expresando preocupaciones por la privacidad y la seguridad. Sweeney reveló que Musk le ofreció 5.000 dólares para cerrar la cuenta y hacer más difícil el seguimiento.

Situaciones como esta destacan, por un lado, la tensión entre la privacidad y la información pública en el seguimiento de vuelos. Pero también ponen en evidencia otras cosas, entre ellas que, si bien Musk ha hecho declaraciones públicas sobre su compromiso con la sostenibilidad y la reducción de las emisiones de carbono, su estilo de vida personal, que incluye viajes frecuentes en jet privado, genera una cantidad significativa de emisiones de gases de efecto invernadero. En síntesis, se estima que los viajes en jet privado de Musk emiten más de 200 toneladas de CO2 al año, lo que equivale a las emisiones anuales de 117 hogares estadounidenses promedio.

En junio de 2023 el Fútbol Club Barcelona por primera vez realizó un viaje en tren de alta velocidad y no en avión. ¿La razón? Como explicó su director técnico Xavi Hernández a los medios locales lo que buscaron es evitar generar más contaminación ambiental. 

Este caso nos deja una moraleja: no importa el deporte o hobby que tengas, siempre hay un “héroe”, que nos salva de los partidos difíciles como Leo Messi o Michael Jordan, o un escritor que nos hace olvidar que somos mortales, como Gabriel García Márquez o Fiódor Dostoyevski. Hoy el héroe podrías ser tú. 

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