Algunos críticos la consideran como una joven promesa dentro del movimiento plástico cubano. Tal es así que con sólo 24 años cuenta con alrededor de 50 exposiciones personales y colectivas en países como Cuba, Portugal, Estados Unidos (New York), Rusia, Corea del Sur, Londres, Colombia y Ecuador.
“Hoy mi voz tiene sonido” es el título de su más reciente exposición personal en la Galería Manuela de nuestra capital. Esta exposición es el resultado de todo un año de trabajo, pues forma parte de sus tesis de graduación en el ISA.
La muestra cuenta con 3 instalaciones y 6 fotografías en cajas de luces donde el punto mediador de cada pieza es la sangre y el color rojo. De hecho, en estas obras se puede apreciar como la artista ha madurado artísticamente; a partir del dominio de varias técnicas en cuadros e instalaciones colosales como “Libación”, “Fluido”, “Háblame” y “Ana”.
Sobre esta muestra y otras experiencias personales Cubasí conversó con la artista:
– ¿Por qué escogió un título tan sugerente para nombrar esta exposición?
- Escogí este nombre porque realmente quiero que este sea un mensaje de comunicación para todas las personas que asistan a verla. Trato la realidad del ser humano, aunque pueda resultar trágica en ocasiones. Además tocó sentimientos que hay veces que no somos capaces de decir con palabras, entonces lo digo con imágenes.
- ¿Por qué el color rojo y la sangre es un tema tan recurrente en su obra?
- La sangre es un líquido vital para nuestro cuerpo. Con el color rojo no me estoy refiriendo a la violencia ni al dolor sino la sangre como líquido comunicador .En cada pieza está presenta la sangre como símbolo de vida y muerte. Sin la sangre no podemos vivir porque es el líquido que transporta sustancias por nuestro cuerpo, pero al mismo tiempo nos puede matar. Una persona con leucemia su sangre no le funciona. Es el caso de la pieza “Ana”, que es el retrato de una muchacha que actualmente tiene leucemia. Y yo estoy construí su imagen a partir de frascos de medicamentos que contienen sangre artificial, intentando dar un nuevo aliento a su vida.
- Esto que me acabas de decir atenta contra los criterios de aquellas personas que dicen que hay muchos elementos violentos en tu obra, a partir del uso que le das con la sangre y el color rojo.
- Para nada creo haya violencia en mi trabajo. Hay muchas personas que piensan que tengan violencia física en mis obras. En todo caso, sería una violencia psicológica que puede que esté exteriorizada en estas imágenes como una violencia física pero siempre hago referencia al dolor psicológico. En el caso de la instalación “Libación” utilizo la sangre como elemento purificador del cuerpo.
- Hace un momento nos hizo alusión a la pieza Ana, realmente es un historia conmovedora. ¿Cómo llegó a ella?
-La conocí casualmente, es una muchacha que tiene tres niños pequeños y muchas ganas de vivir, pero su sangre no le funciona. Su lucha por la vida fue la que me inspiró hacer esta pieza, para apoyarla con lo que está pasando. Es una experiencia impresionante.
- En sus obras podemos apreciar un referente psicológico muy fuerte. ¿Acaso ha estudiado algo sobre esta materia?
- Mi obra es bastante auto-referencial desde que era estudiante. La diferencia es que ahora trato de vincularme más con el público. Siempre trato de ilustrar algunos efectos psicológicos en las personas. Pienso que una mirada, una palabra o una acción te pueden herir o hacerte sentir mal y precisamente eso es lo que trato de reflejar en mis obras.
- La crítica se refiere a ti como una joven de con una carrera artística muy corta pero a la vez intensa. Esto me hace pensar en que forma parte del proyecto de itinerancia artística. ¿Cómo ha sido la experiencia?
- Es una gran experiencia, ya que estuvimos en contacto directo con las personas de otras provincias, por las prisiones, donde he conocido un mundo totalmente diferente. Creo que parte del resultado de la fotografía que esto exponiendo hoy aquí tiene que ver con las experiencias vividas en esta itinerancia.
- Entonces, le ha aportado mucho como artista
- Me ha aportado mucho, porque son experiencias nuevas que uno normalmente no vive en la cotidianidad. Incluso, una de las cárceles que visitamos en Holguín conocí a una reclusa, con la que próximamente voy haremos una obra en conjunto. Ella va reproducir unas flores que ella hace manualmente para su distracción diaria y con esas flores voy a conformar una obra que presentaré en la bienal.
- Este proyecto resulta muy humano e interesante. ¿Además de esta pieza pretende mostrar otras obras en la próxima Bienal?
- Si como no. Tengo varias exposiciones, en total son 4, en diferentes lugares de la ciudad como La Cabaña, el Pabellón Cuba, en el Instituto Superior de Arte que será una muestra colectiva.
- Es una artista muy joven, recién graduada; sin embargo gran cantidad de personas han asistido a tu exposición. ¿Cómo te sientes con esta acogida del público?
- Realmente no esperaba que vinieran tantas personas. Estoy muy satisfecha con las opiniones de las personas respecto a las obras. Cada cual con su visión diferente y eso me aporta mucho como artista. Eso me agrada mucho porque mis obras son el resultado de mis relaciones interpersonales, del contacto con otras personas.
Tomado de Cubasí