Las dramáticas noticias que nos vienen desde Francia nos hacen caer en la cuenta de las enormes proporciones que puede alcanzar la sinrazón humana. No llega aún al año de los atentados perpetrados contra el semanario satírico francés Charlie Hebdo, ocurridos el 7 de enero. Poco después de esa fecha, y tras la gran conmoción que aquello nos produjo a todos, publiqué un pequeño trabajo sobre la Agencia europea Eurojust. Quien desempeña un importante papel en materia de lucha antiterrorista.
Y hoy quiero resaltar un fragmento de una norma europea reproducida en ese documento: “El terrorismo constituye una de las violaciones más graves de los valores universales de la dignidad humana, la libertad, la igualdad y la solidaridad, el respeto de los derechos humanos y de las libertades fundamentales, en los que se basa la Unión Europea. También representa uno de los ataques más graves contra la democracia y el Estado de Derecho, principios que son comunes a los Estados miembros y en los que se basa la Unión Europea.”
Dijo Winston Churchill, en su famoso discurso pronunciado en la Universidad de Zúrich en 1946, que: “Existe un remedio que… en pocos años podría hacer a toda Europa… libre y… feliz. Consiste en volver a crear la familia europea, o al menos la parte de ella que podamos, y dotarla de una estructura bajo la cual pueda vivir en paz, seguridad y libertad. Debemos construir una especie de Estados Unidos de Europa.”
Pues hoy, esos soñados Estados Unidos de Europa, por los que ya el famoso escritor Víctor Hugo suspiraba en 1849, lloran amargamente la pérdida de nuestros hermanos franceses. Pero también esos soñados Estados Unidos de Europa anuncian que defenderán, con las leyes y amparándose en el paraguas de la democracia y el Estado de Derecho, poder vivir en paz. Reafirmándonos aún más, actos como por el que hoy nos lamentamos, en la convicción de que los Estados Unidos de Europa son y deben ser una realidad, en pro de luchar por la seguridad y la libertad que hemos prometido salvaguardar.