Humilde y colosal: Pissarro en Museo Thyssen-Bornemisza

Publicado el 11 septiembre 2013 por Carla10

El día 15 de septiembre termina esta impresionante exposición monográfica sobre uno de los padres del impresionismo.

Camille Pissarro.

Es la primera vez que una muestra de estas características se da cita en España, es por eso que hoy quiero animar  a quien no haya tenido ocasión aún de visitar de el Museo Thyssen-Bornemisza a contemplar las 79 obras reunidas y llegadas a Madrid desde los mejores museos del mundo.

Camille Pissarro nació en la isla de Santo Tómas (Antillas Danesas) en 1830. En 1855 se instala en París donde conoce a quien sería su amigo y junto a quien creará las bases del movimiento impresionista: Monet.

En 1873 se ocupó personalmente de redactar los estatutos de la cooperativa del nuevo grupo y fue el único de los impresionistas que participó en las 8 exposiciones que  organizaron hasta 1886. Pissarro fue el primer impresionista y maestro de la pintura moderna, pero su carrera fue eclipsada por su gran amigo Monet. Con esta magnífica exposición se restauran la figura y reputación  de Pissarro.

La muestra  se articula cronológicamente  y en función de los lugares donde vivió y pintó.

Estudió en la Académie Suisse, fue allí donde conoció a Monet y Cezzane. En la primera sala de la muestra podemos ver sus cuadros de esta primera etapa pre impresionista y donde se aprecia la influencia de su maestro Corot quien le animaba a pintar exteriores, pero también  de Coubert y Daubigny.

En 1869 se instala en Louveciennes junto a Monet y será con él con quien forme el nuevo estilo impresionista.

Pero tras estallar la guerra franco-prusiana tendrá que abandonar Francia para instalarse en Londres. Será allí donde conocerá al marchante que luego fue de todo el grupo, Paul Durand-Ruel. Junto a su inseparable amigo Monet estudia la obra de Turner y Constable. De esta primera  época en Londres (volverá años mas tarde) podemos contemplar Cerca de Sydenham y Dulwich Collage ambos de 1871.

Regresa a Francia junto a su familia en 1872 y se instalan en Pontoise. Fueron años de dificultades económicas, su obra prácticamente no se vendía y vivía gracias a la ayuda de  su madre. Aquí trabajó junto a Cézanne y juntos buscaron un nuevo concepto del espacio en sus composiciones. De esta época es El Camino en la cuesta de la Côte-du-Jañet de 1875. Carreteras, calles, caminos y senderos serán característicos por lo  muy representados en toda la obra de Pissarro.

Éragny-sur-Epte fue su última residencia permanente. De estos años son sus huertos y prados próximos a su casa y los árboles frutales como protagonistas.

Los prados y el gran nogal de 1885.

El huerto en Éragny de 1886

Y es en esta época también, cuando junto con sus amigos anarquistas como él Seurat y Signac, comienza a experimentar en el puntillismo como un nuevo método para prolongar el impresionismo, al que vuelve sin embargo hacia 1890.

Las dos últimas salas de la exposición recogen la obra de Pissarro centrada en las ciudades que visitó, el paisaje urbano, los puentes de Roan, la zona portuaria de Normandía,  y las calles de París de sus últimos años de vida que culminó en la bella ciudad de la luz en 1903.

Fue profesor de Cézanne, Gauguin, Mary Cassat y de su hijo Lucien.

Cezanne le llamó humilde y colosal y solía decir “Todos venimos quizá de Pissarro”

Su amiga la pintora americana  Mary Cassatt escribió sobre él: “Era tan  buen maestro que podía haber enseñado a las piedras a dibujar correctamente.”

Émile Zola escribía sobre sus cuadros: “En ellos se oyen las voces profundas de la tierra, se adivina la vida poderosa de los árboles.”

Gran parte de su obra puede contemplarse en el Museo de Orsay de París pero hasta el próximo 15 de septiembre aún podremos disfrutar de su colosal humildad en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid.