Series y sagas.
Soy de esas lectoras que se encariñan tremendamente con los personajes de los libros que lee así que, si estos personajes tienen aventuras en más de un libro suelo alegrarme sobremanera. Las series de libros, en mi caso policiacas en su mayoría, tienen el encanto de que, cada vez que abres un nuevo libro, te reencuentras con viejos amigos.
Ya veis, soy una entusiasta de los viejos amigos entre páginas pero eso no quita que no esté un poco harta del abuso que se hace ahora mismo de este recurso. De un tiempo a esta parte todo lo que tiene éxito se convierte en una trilogía, en una saga o en una serie, ¿no tenéis vosotros esa sensación? Y la verdad, repitiendo, repitiendo, a mí me parece que el panorama está perdiendo un poco de frescura.
Es estupendo descubrir que, tras cerrar un libro, podremos volver a vivir aventuras con los mismos personajes pero, bajo mi punto de vista, este tipo de historias tienen una estructura muy concreta, no es algo que valga para cualquier relato, si no está bien planteado, si no es lo que pide, chirría y se ve como manido.
Pienso que hay historias que realmente se inventan para ser laaaaargas y tener varias partes o personajes que se crean con la intención de que nos acompañen y les acompañemos a lo largo de su vida entre páginas. Pero hay otros, ya me contaréis qué opináis, que no nacen con esa intención, tienen una historia, una vida literaria y unas aventuras que vivir, ¡y son estupendas! Pero de repente comienzan a funcionar a nivel de mercado, se hacen famosos, los conoce más y más gente y ¡plaf! Ya tenemos tres o cuatro libros más listos para colocar en las estanterías de novedades de las más prestigiosas librerías.
Y además, a mí me encanta descubrir las nuevas facetas de los escritores que me gustan, ¿por qué tanto miedo a cambiar? ¿No tienen nada más que contarnos?
En fin, no sé, puede que esto sea una moda o que ahora todo el mundo escriba sagas y trilogías porque es lo que a los autores les pide el cuerpo pero yo, sintiéndolo mucho, creo que cuando una autor es sincero, incluso aunque no escriba bien, eso se nota en lo que nos cuenta y la sinceridad al escribir casi nunca va de la mano de las corrientes. Las historias entienden de historias, ¿no?