Mi taller en la feria, antes de que llegaran las alumnas
Y despues, cuando no cabía nadie...
Y a lo largo de la tarde
El resultado, llegué a casa con las piernas de goma, agotada y sin voz, pero feliz como una perdiz. Fue una experiencia preciosa y tremendamente enriquecedora. Me reencontré con buenas amigas a las que hacía tiempo que no veía, y hasta tuve tiempo de hacer algunas nuevas. Como dirían las hermanas Auxy y Rosaura, de Cachitos de Tela, el año que viene repetimos!