¿Qué me pongo? A lo minimalista
Defiendo el Proyecto 333, estoy a favor de la compra selectiva de prendas versátiles de alta calidad, aconsejo el uso de gamas de colores complementarias. No puedo quejarme de tener un exceso de ropa: todo lo que tengo (excepto los zapatos) cabe dentro de mi mochila de viaje. Pero esto no me salva de la pregunta femenina por excelencia: ¿Qué me pongo hoy?
La queja de que no tengas nada que ponerte no tiene nada a ver con el contenido de tu armario. Ni siquiera tiene que ver con los planes que tengas para este día. El “¿ qué me pongo?” de las mañanas es un síntoma del cansancio matutino en combinación con una cabeza que ya está pensando en las cosas que debe hacer después de vestirse. Ambas situaciones son difíciles de remediar, así que la mejor solución es evitar la pregunta por completo.
Si no puedes escapar de la pregunta… escoge el mejor momento para la respuesta
Tarde o temprano tendrás que decidir qué te vas a poner durante ese día. Y contra más difícil te parezca la pregunta, más estrés te generará la indecisión ante al armario. Mirando el reloj por la décima vez pruebas otra blusa y te desesperas por que no encuentras los pendientes a juego. Siempre lo mismo, sales de casa corriendo jurando que mañana lo harás todo de otra manera. Pero la solución no es mañana, sino esta noche.
Cuando vuelves a casa ya tienes más o menos claro lo que te espera el próximo día. Sabes si tienes alguna reunión importante, como será aproximadamente la temperatura y si necesitarás llevar el paraguas o ponerte protección solar. ¿Qué mejor momento para decidir qué te vas a poner al día siguiente? Escoger la ropa y prepararla antes de dormir te permitirá que tengas una mañana más tranquila y sin sorpresas desagradables con situaciones de emergencia frente a la tabla de planchar.
¿Qué te vas a poner mañana?
—
Imagen: Algodom DáZùcar / flickr