III Carnaval de Nutrición: ¿SABES QUIEN TE PAUTA LA DIETA EN UN HOSPITAL? ¡Todos menos yo!

Por Dime Qué Comes @dimequecomes

Este año he decidido participar en el III Carnaval de Nutrición gracias a la invitación que tanto lleva ofreciéndome mi compañera y amiga Lucía, a través de su fantástico blog. Por esa razón, antes de entrar en acción, darte las gracias por poder disfrutar de esta experiencia que he hecho con mucho entusiasmo. 
Soy una neófita en este carnaval, tal como nos describe el blog Scientia anfitrión del III Carnaval de Nutrición, a los que nunca hemos participado en uno. Voy a hablaros de la importancia de cada una de las figuras profesionales de un hospital, especialmente en lo que se refiere a la pauta y seguimiento de la dieta de un paciente: 
Multidisciplinariedad en el Soporte Nutricional del paciente hospitalizado

En un hospital trabajan diversos profesionales (Ley de Ordenación de Profesiones Sanitarias): médicos, farmacéuticos, enfermeros, auxiliares de enfermería, fisioterapeutas, celadores, etc. Todos ellos relacionados con la atención y seguimiento del paciente. Veréis que la figura del Dietista-Nutricionista (D-N) la he obviado, porque así es como lo vivimos a diario, y para que os hagáis una idea os voy a contar lo que nos pasó en una reunión, situación que ilustra perfectamente en que consideración se tiene al D-N entre los profesionales sanitarios, yque es hoy por hoy, la cruda realidad. Para que quede claro:

Dietistas-nutricionistas: sonlos Diplomados universitarios en Nutrición Humana y Dietética, desarrollan actividades orientadas a la alimentación de la persona o de grupos de personas, adecuadas a las necesidades fisiológicas y, en su caso, patológicas de las mismas, y de acuerdo con los principios de prevención y salud pública.

Os cuento: esa reunión la organizamos principalmente para planificar un manual de dietas propio del centro, es decir, un protocolo dietético para facilitar la información necesaria a todos los profesionales anteriormente reseñados, a la hora de pautarle una dieta al paciente. 
He de decir, que después de escuchar y hacer frente a todas estas barbaridades, era necesario . Os recuerdo algún ejemplo: 

Dietista estresada


Dieta: "Astringente rigurosa". Observación: "Que sea rica en fibra"  

Dieta: “Túrmix hiposódica”. Observación: “paciente no toma purés, servirle por favor una dieta muy muy muy muy blanda!!!!y sopa de primero”. (Aclararos que nuestra dieta túrmix consta de dos purés, así que "si paciente no quiere purés" igual nos hemos perdido algo...)

Uno de los apartados de dicho protocolo explicaba la dinámica de trabajo que se llevaba a cabo en planta, es decir, preguntamos a cerca de los pasos que se seguían desde que el paciente ingresaba hasta que se le prescribía la dieta. ¿Os imagináis ya la respuesta? Aquí va:

“Al paciente que ingresa procedente de otro hospital, se le prescribe la dieta que tenía pautada en el centro hospitalario de origen. Posteriormente, se modifica esa pauta en función de la valoración y evolución del paciente durante su estancia, (hasta aquí todo en orden) realizada por la enfermera de referencia y el médico asignado, teniendo en cuenta las observaciones del auxiliar, logopeda y la opinión del paciente y familiares”.

La reacción de Lucía y mía fue mirarnos atónitas, tomar nota mental y pensar ¿de verdad estamos teniendo una reunión para instaurar un protocolo de dietas, realizado por las propias dietistas del centro, y nuestra figura la han pasado totalmente por alto? Pues sí, efectivamente esto es lo que hay. 

Según cree el resto de profesionales del hospital, nuestra función es supervisar un emplate en el que no nos equivoquemos en ponerle el pan integral y la sacarina a los diabéticos y en no ponerle coliflor o cualquier otra verdura al paciente que no le guste (Manda narices, tener una carrera de cuatro años para esto...). 
En realidad, entre el abanico de funciones que abarca un D-N, además de diseñar y elaborar documentos o materiales educativos para el centro hospitalario, no sólo estamos capacitados, sino que somos el único profesional sanitario específicamente formado para la valoración del enfermo en relación a su estado nutricional y alimentario, ya sea como dietista clínico o dietista de colectividad (funciones claramente definidas según el Real Decreto 433/1998). 
Después de mi experiencia con una competente Técnico Superior en Dietética, no me olvido de ellos, ya que también tienen sus competencias profesionales estipuladas por el Real Decreto 536/1995 , a pesar de que son los grandes olvidados en el campo de la nutrición, deberían ir de la mano con el D-N, ya que formamos un magnífico equipo. 
Recordemos nuestras competencias en ambos campos: 

Dietista clínico: actúa sobre la alimentación de la persona o grupo de personas sanas o enfermas (en este caso después del diagnóstico médico), teniendo en cuenta las necesidades fisiológicas (o patológicas si es el caso), preferencias personales, socioeconómicas, religiosas y culturales.  

Dietista de restauración colectiva: participa en la gestión y en la organización, y vela por la calidad y la salubridad de los alimentos durante todo el proceso de producción. Forma al personal del servicio de alimentación en materia de seguridad alimentaria, planifica menús y valora el equilibrio nutricional de la oferta alimentaria. 

La profesión del D-N es ejercida en un hospital por cualquiera, salvo por el único profesional capacitado para ello.
Hasta el familiar del paciente pinta más que yo a la hora de pautar una dieta
Todo esto supone una pérdida de calidad asistencial y un prejuicio para el paciente, especialmente para aquellos cuya patología requiere de tratamiento nutricional, ya que ésta no se le asiste de forma adecuada ni con la atención necesaria, sino que lo hace el primero que pasa por delante del control de enfermería y que por dar una asignatura en la carrera cree que tiene toda la formación necesaria, por no hablar de los que no han dado ni un sólo crédito y lo creen también porque han leído los consejos del Vogue. 
Todo esto, no se debe únicamente a que no figuremos en la Seguridad Social (SS), sino a que en los hospitales somos considerados personal de hostelería más que personal sanitario. Se tiene tan asumido, que no se les pasa ni por la cabeza que podamos tener criterio en nada relacionado con el paciente, hasta el punto de no enumerarnos cuando se habla específicamente de pautar una dieta a una persona enferma, estando delante y presentando el que es a día de hoy, el único protocolo dietético del hospital, elaborado íntegramente por nosotras y que cuenta con el visto bueno del comité médico y demás órganos de gestión del centro.
Si el D-N prestase su profesionalidad en la SS podríamos combatir  la desnutrición hospitalaria (asociada con un aumento de la estancia y coste sanitario según el estudio PREDyCEs), además de coordinarnos con el del resto de profesionales sanitarios (como en el Hospital Universitario La Ribera), con el objetivo de proporcionar un plan nutricional adecuado para el paciente, y con ello una mejora en su atención, cuidado y evolución al alta.
¿Se llegará a concebir la necesidad del D-N en el ámbito hospitalario?

“Esta entrada participa en la III Edición del Carnaval de la Nutrición, organizado por el blog Scientia” -------------------------------------------------------



Este post lo firma Alicia Julibert, Dietista-Nutricionista colegiada, Graduada por la Universidad de Navarra. Pero eso da igual. Lo importante es que es la mejor compañera de trabajo que se puede tener (y os aseguro que he tenido muchos) y todavía mejor persona (para aguantarme a mi...). 
Muchas gracias Ali por participar desde aquí.