Como paisajista me interesa especialmente la lectura de la naturaleza y el paisaje en todas sus expresiones y sin duda, la del ikebana es una de las más inquietantes, un mundo de contradicciones que nos enseña a ver de otra manera: pequeño-singular, natural-artificial, paisaje-flor, huracán-pétalo de flor, equilibrio-asimetría….
Como dice mi profesora de Ikebana, “nueva Andrea, ver el viento en rama, huracán, desgracia pero belleza ...naturaleza” pues eso!!!
Tan sencillo es aprender ikebana que se convierte en algo complicadísimo, muchas reglas, concentración y un mundo de sutilezas nos acompañarán durante la aventura de este arte milenario japonés. Ahora soy Nueva Andrea, porque en clase ya hay otra chica que se llama como yo.