Hoy te presento el trabajo de... Laura Borràs Dalmau
1. Tus inicios. ¿Cuál es tu formación académica? ¿Cuándo te interesaste por la ilustración y en especial, por el álbum ilustrado?
Pues estudié Filología Española, pero siempre había dibujado y me interesaban mucho el diseño gráfico y la edición. Los libros. Al terminar la carrera, me puse a trabajar en un par de empresas de diseño gráfico y fotocomposición. Todavía no había descubierto que podía dedicarme a ilustrar. Después entré a trabajar en la Universidad Pompeu Fabra, donde todavía doy clases de Traducción, y donde me doctoré en Lingüística Aplicada. También estudié algunas lenguas, como el alemán, por ejemplo. En esa época dibujaba poco, porque no tenía tiempo, estaba haciendo otras cosas, que también me han servido, por supuesto.Fue después de acabar del Doctorado cuando me di cuenta de que lo mío no era el mundo académico exactamente, aunque también me atrae. Me gustan muchas cosas. Y empecé la formación en Ilustración y en Dibujo artístico, que he seguido durante muchos años, tanto aquí como en Italia. Y en ello estoy.
"El camino de Marwan" © Laura Borràs Dalmau
Para mí la formación es algo para toda la vida, no creo en eso de que ya "sabes" hacer algo. Porque cada nuevo reto te pone otra vez al inicio, otra vez sientes que un encargo es nuevo y debes buscar cómo abordarlo. A veces la formación simplemente te sirve para abrirte a enfrentar las cosas desde otra mirada. Tanto las lenguas como el dibujo, como la ilustración, son lenguajes. En el fondo, creo que me muevo siempre en el nivel de la comunicación.Descubrí el concepto "álbum ilustrado”" mucho más tarde, en las clases de Ilustración que después seguí en Barcelona con Ignasi Blanch en la Escola de la Dona y sobre todo en Italia, en Ars in Fabula (Macerata) y en Sàrmede también. Este aprendizaje fue para mí muy importante, porque hizo ponerme a prueba y superarme a nivel emocional. Y diría que este es el verdadero aprendizaje, el que de verdad cuenta.
2. ¿Recuerdas tus cuentos favoritos de pequeña? ¿Crees que te han influido en tu trabajo?
Mi casa estaba llenísima de libros, muchos de ellos ilustrados. Había también ediciones antiguas, porque mi abuela era coleccionista. Coleccionaba antigüedades, libros… Y tenía cuadros de pintores sobre todo españoles y franceses, algunos bastante increíbles. Los libros y los cuadros me impresionaban por igual. Me gustaba mucho un libro de cuentos ilustrado por Arthur Rackham por su trabajo en tinta china y plumilla, pero también tengo presentes el tacto de la cubierta y el olor del papel. Recuerdo Mi burrito y yo, un cuento ilustrado con fotografías sobre un niño mexicano muy pobre de una zona rural de México, no tenía nada que ver con Juan Ramón Jiménez, ¿eh?... me intrigaban lo exótico del desierto, la sequía, el polvo, la tierra, los ojos muy brillantes de aquel niño.La pintura tuvo mucha influencia en mí entonces, porque mi padre era pintor. A mí me gustaban los expresionistas alemanes y las vanguardias, la perfección siempre me ha dado un poco de miedo, prefiero la expresión auténtica de lo que sentimos, que no es nada fácil.
"A flor de piel" © Laura Borràs Dalmau
Estoy segura de que todo influye en nuestro trabajo, claro, la historia de cada uno está ahí y ayuda a explicar quién eres y se aprecia en todo lo que haces, a nivel profesional y en la vida personal.Y las historias, los cuentos, pero también las anécdotas contadas en mi casa por mi abuela, por mi bisabuela, por la vecina de al lado… me fascinaban. No me refiero a los chismorreos, sino a los relatos, donde se construye quiénes somos, quiénes son los demás y el lugar que ocupamos en cada momento en los grupos. Eso es lo que me fascina.
3. ¿Cuáles son tus referentes actuales?
Mis referentes actuales son muchos, algunos pesan más que otros. Y son tanto ilustradores como pintores. Elena Odriozola, Stepan Zavrel, Josef Wilkon, Kveta Pakovskà, Paul Klee, Serge Bloch, Javier Zabala, Farshid Shafiei, Saul Steinberg, Jean Dubuffet, Alessandro Sanna. Seguramente no en este orden, y seguramente me olvido de algunas y de algunos más, pero estas son las primeras referencias que se me ocurren siempre.
4. ¿De dónde surgió la idea de tu primer libro?
Mi primer libro fue Un mar de cebollas, publicado por Narval en Madrid. La idea surgió de la experimentación con la ilustración espontánea. Estuve trabajando en ilustraciones sin pensar en la narrativa ni en una historia concreta… y sin esbozar, solo para probar técnicas, mezclar, ser libre, aprender. Pero fueron apareciendo un castillo, una princesa, el mar… y, sobre todo, una libertad que me gustaba mucho y que no me representaba un esfuerzo tan grande, tanta complicación y tanta planificación como a veces usamos en la ilustración. Y, como me estaba divirtiendo mucho, una vez que tuve algunas ilustraciones, unas cinco o seis, en la misma línea y con una misma gama cromática aproximadamente, construí la historia. El texto llegó después: y ya aparecieron las cebollas como motivo un poco surrealista de lo que estaba pasando en la historia. Ahora me doy cuenta de que lo que salió fue algo que en ese momento yo necesitaba contar. Me parece que, lo planifiques o no, lo que tiene que salir es lo que sale igualmente. Poder respetar eso me parece importante, me parece fantástico. Sin embargo, el mercado no siempre lo permite, o tú no te lo permites.
Cubierta de "Un mar de cebollas" © Laura Borràs
5. ¿Cómo fue tu primera experiencia como autora profesional? ¿Quién te dio la oportunidad?
La editorial Narval me dio la primera oportunidad con el libro que antes he comentado, Un mar de cebollas, y también la segunda, con Un cangrejo sin sombrero, una historia que escribí para explicar la lentitud, la timidez, y también un poco la soledad normal que todos sentimos en nuestras vidas en algún momento. Pero no lo planifiqué tampoco, salió esa historia y luego vi por qué había necesitado elaborar aquello. A veces nos parece que no podemos hablar de sentimientos "negativos", pero a mí me parece que no es así. Están presentes, como los positivos, es simplemente así. Sentir un vacío nos ayuda a salir a buscar amigos, aventuras… movimiento. Pero esa sensación hace sufrir un poco, sobre todo si no la entendemos o pensamos que nos pasa solo a nosotros. Así que me parece un tema para hablarlo con los niños y para los adultos también, para que no lo olvidemos (¡yo a veces lo olvido!).Con Narval tuve una relación especial, porque la editora, Eva Metola, murió al poco tiempo de conocerla yo, de hecho en esos dos libros no pudimos trabajar juntas, pero la comunicación que tuvimos fue muy directa y auténtica y me hubiera gustado muchísimo compartir más proyectos con ella. La comunicación con ella era muy fluida.
6. Sobre el proceso de escritura, ¿cuánto tiempo te lleva escribir una historia? ¿Dónde buscas la inspiración o los posibles temas?
Después de esos dos álbumes que publicó Narval ya no he vuelto a publicar con texto propio, sino que he trabajado con encargos de otros autores. Es una experiencia distinta.Tengo algunas otras historias que están sin ilustrar, un par de ellas me motivan, pero ahora no tengo tiempo… veremos cuándo llegará el momento. Escribir a veces me lleva poco tiempo, es así de un tirón. Pero luego tengo que revisar mucho y lo que me da más trabajo, por muy corto que sea el texto a veces, es que funcione todo, que sea redondo. Suele escapárseme algo, algún detalle… no sé. Admiro mucho a los novelistas, porque creo que sería incapaz, soy demasiado impaciente. Lo que hago es revisar mucho y voy haciendo cambios, a veces son un poco radicales. Luego tengo que dejarlo reposar unos días, a menudo unas semanas y recuperar lo que hice, a ver qué tal, para distanciarme. También suelo dejar que algún amigo de confianza, quiero decir que sé que me dirá la verdad, que sé que además es un buen lector y que no se dejará engañar por la superficie… no sé, esas cosas… lea la historia y me diga si cree que le falta algo, si funciona o no, si hay algún error. Hace años sufría mucho con el proceso creativo. A veces prefería no hacer algo o no enseñar un proyecto a recibir una mala crítica. Ahora eso lo he transformado en constante aprendizaje, en verlo todo como una prueba para ver qué pasa si… si hago esto o lo otro. No podemos hacer las cosas siempre bien, si no recibimos alguna crítica, no avanzamos. Es fundamental estar siempre haciendo, más o menos, pero en marcha. Me parece que este es mi aprendizaje fundamental. Y lo mismo me pasa con las ilustraciones. Tengo que revisar mucho el conjunto, porque a veces me pierdo por ahí y hago unas en una línea y otras en otra…
"A flor de piel" © Laura Borràs Dalmau
Las historias aparecen cuando estoy tranquila. Si voy todo el tiempo corriendo, no puede ser, porque el estrés me bloquea mucho. Creo que le pasa a todo el mundo, se trata de conseguir recursos para superarlo. Pero todavía estoy en este punto en muchos momentos.
7. Proceso y metodología, ¿cómo te organizas y trabajas? ¿Podrías describirme tu día a día?
Bueno, trabajo mucho, en general de lunes a domingo. Ahora he empezado a tomarme algún día suelto sin responsabilidad de tener que hacer algo concreto, pero muy poquito tiempo es solo para mí. Creo que todo lo que hago está enfocado a poder aplicarlo a la ilustración. A ver, hago otras cosas, porque justamente me dedico a dos trabajos (y a veces traduzco cuentos, o sea, tres trabajos) y también cocino, por ejemplo, como todo el mundo… pero por ejemplo mientras cocino voy pensando… voy pensando en aquel personaje, en cómo resolver eso que me preocupa… a veces dibujo en el aire, mientras espero que el agua hierva.No siempre puedo ilustrar, no siempre puedo ni siquiera dibujar, porque me multiplico en varias actividades. ¡Me encantaría poder dedicarme todas las horas a ilustrar solo! Por eso llevo siempre conmigo una libreta y algún material sencillo y en el autobús, en la calle, si puedo, dibujo. Creo que pienso con el dibujo muchas veces.
"El sembrador" © Laura Borràs Dalmau
Mi día a día es siempre distinto, los horarios en la universidad cambian cada trimestre. Trabajo a cualquier hora en que lo necesito, cuando puedo, cuando tengo que. Según. Cuando estoy en casa y no tengo que desplazarme, trabajo y me planifico para atender todo lo que comporta la ilustración, que no es solo producir ilustraciones, sino también actualizar el blog y hacer difusión en redes, preparar alguna exposición de vez en cuando, preparar material para vender en las expos o en alguna feria o mercadillo, facturar, presupuestar, hacer la declaración de la renta, burocracia diversa, preparación de presentaciones de libros, cuentacuentos a veces y algún espectáculo (me encanta convertir los libros en algo más allá del libro: talleres o algún otro tipo de experiencia asociada a ellos). Es un poco caótico mi día a día, hay muchos frentes abiertos.Cuando tengo un proyecto, me centro mucho más y dedico muchas más horas a estar sola trabajando con la máxima concentración que puedo. De hecho, entonces necesito literalmente que "me dejen en paz", que dejen que pueda llevar a cabo un discurso interno que me permita tirar adelante el proyecto. Creo que se trata de conseguir la energía necesaria, también. E intento no enfadarme cuando voy mucho más lenta de lo que me gustaría. O cuando no encuentro el camino, esto siempre me da miedo.
8. ¿Cuál es tu objetivo como autora e ilustradora? ¿Qué mensaje quieres transmitir a través de tus obras?
No lo he pensado con mucha concreción, pero creo que en el fondo tengo claro que quiero transmitir mensajes que tienen que ver con la paz, con el respeto, con la diversidad, con la maravilla de la vida y con la fantasía como recurso que nos libera. Cosas que, dichas así, pueden parecer una tontería, no lo sé, pero me parece que justamente es lo que más nos cuesta, en general, como sociedad. No me interesa solo la parte estética, formal, técnica, me gustaría aportar algo a la sociedad en el sentido de recoger (aprender) y devolver, sencillamente.
"El sembrador" © Laura Borràs Dalmau
9. ¿Estás trabajando en un nuevo libro? ¿Qué nos puedes contar sobre él?
Sí, se publicará pronto otro libro con Amanuta, que se llama A flor de piel. Es muy especial para mí, porque lo he trabajado con la autora del texto, Tere Puig, y con la editorial muy mano a mano durante un año más o menos y ha sido la primera vez que un proyecto se ha alargado tanto y lo hemos cocinado con tanto cuidado por el detalle. Quiero decir con esto que todos hemos estado al tanto del trabajo de todos y hemos podido dar la opinión de cada parte del trabajo propio y de los demás. Además en este caso no es un álbum, está en la colección de Poesía ilustrada, y sí que es poético, pero tampoco es solo una selección de poemas. Es un libro que tiene la intención de inspirarnos a tomar conciencia sobre el cuerpo en todas sus posibles sensaciones. Ha sido un reto. Este libro solo se podrá conseguir en España, cuando se haya publicado, a través de la librería La Fabulosa de Madrid.
"A flor de piel" © Laura Borràs Dalmau
Y estoy comenzando un nuevo proyecto con un texto de una autora con la que ya he trabajado. Todavía está muy incipiente, no he terminado ni el story. Me gustaría cambiar de técnicas, utilizar acrílicos, a ver si lo consigo, si me atrevo, porque no me suele gustar lo que resulta cuando trabajo con ellos, a pesar de que todo el mundo dice que es más fácil el acrílico. Para mí no, no sé por qué. Quiero cambiar, si puedo, para entender por qué me cuesta. Y superarlo, como el protagonista de cualquier cuento, que siempre tiene que superar algo, ¿no? En realidad, suele tratarse de eso.También me planteo qué tipo de discurso quiero contar en este libro, y en general en todos, en relación con el concepto de abstracción. Porque aún no he llegado a querer hacer mucha abstracción en los libros, no sé si es porque no sé cómo, o si es porque no me interesa. Estoy elaborando este tema… creo que cualquier dibujo es ya una abstracción y defiendo que con un dibujo concreto también se puede hacer poesía y se puede construir algo abstracto en relación con el texto. Estoy preocupada por este tema.
10. Un último consejo a las que como tú, quieran dedicarse a esto:
Pues… los consejos no me gustan mucho. Pero hay uno que a mí me ayudó en su momento y que quizá vale la pena que ponga por escrito por si a alguien también le sirve. Elegí a un profesor mío en Italia (a Javier Zabala, que luego sería un maestro para mí) por una frase suya que le leí en una entrevista. No es nada muy profundo, o sí, según, pero a mí me llegó. Él decía que, para ser un buen ilustrador, no hay que olvidar el dibujo artístico (entiendo que la técnica y el interés representativo), hay que trabajar mucho, pero también hay que salir y divertirse. Si eres de la gente que se encierra a trabajar, como me pasa a menudo a mí, o que siempre piensan que no están haciendo lo suficiente, no hay que olvidarlo. ¡Porque todo sirve como aprendizaje en la ilustración!
Para obtener más información sobre Laura Borràs, puedes visitar su blog.También puede seguirla en su página de Facebook e Instagram.
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