Cuando descubrí la relación que existía entre imaginación y ansiedad, comprendí mucho mejor cómo funcionaba y por lo tanto me ayudó a saber qué me estaba ocurriendo. Esa comprensión me ayudó a sentirme mejor.
La mejor manera de verlo es con ejemplos. Vamos a ello.
Si yo imagino tener una discusión con una persona, llego a sentir enfado. Mi cuerpo se tensa y acelera como si fuese real ¿El hecho de que lo sienta real quiere decir que esté discutiendo de verdad con esa persona? No. Es sólo una sensación.
Si yo imagino estar en un lugar paradisíaco, comienzo a sentir relax. Mi cuerpo se relaja como si fuese real ¿El hecho de que lo sienta real quiere decir que me encuentre en ese lugar? No. Es sólo una sensación.
Si yo imagino la muerte de un ser querido, siento pena y tristeza. Mi cuerpo se encoje como si fuese real ¿El hecho de que lo sienta real quiere decir que ha fallecido? No. Es sólo una sensación.
Si yo imagino tener relaciones sexuales, mi cuerpo se excita como si fuese real ¿El hecho de que lo sienta real quiere decir que las esté teniendo? No. Es sólo una sensación.
Si yo imagino que algo malo me va a ocurrir, comienzo a sentir miedo. Mi cuerpo reacciona con síntomas como si fuese real ¿El hecho de que lo sienta real quiere decir que me va a ocurrir algo? No. Es sólo una sensación.
¿Lo habéis visto? ¡¡El mecanismo es igual en todos los casos!! Así que lo que te ocurre, no es nada extraño. En el miedo irreal simplemente el cuerpo reacciona ante la imaginación, de la misma manera que lo hace cuando imaginas que te enfadas o tienes relaciones sexuales.
Veamos lo que dice la RAE sobre lo que es la imaginación:
Aprensión falsa o juicio de algo que no hay en realidad o no tiene fundamento. Imagen formada por la fantasía.