IMO, descubriendo la oftalmología

Por Olieteworldblog @OlieteWorldBlog

Cogía el primer AVE de la mañana en dirección a Barcelona. 6:10 am marcaba el reloj del vagón cuando empecé a ver cómo se movía el andén. Ya estaba en marcha. Durante tres horas de trayecto me fui preguntando lo que iba a ver, a aprender, a experimentar... Nunca había ido a una clínica de oftalmología y, sinceramente, todavía tenía menos idea de todo lo que se podía hacer en ella. No podía creer que algo que me había pasado inadvertido durante tanto tiempo, pudiera despertar en mí tal expectación y dejarme con ganas de que me contaran más, de aprender más...

Llegué a la estación de Sants y un taxi me llevó hacia la montaña, viendo cada vez más alto las vistas de la ciudad mediterránea. Cuando llegué, el edificio me entusiasmó. Moderno, blanco, y cuidando el detalle de la luz... La verdad es que cuando me invitaron a ir a IMO

(Instituto de Microcirugía Ocular) sentí curiosidad por saber más de cerca lo que se hace en un centro de estas características, no tenía ni idea. La invitación consistía en pasar un día viendo cómo funcionaba y acompañar en su actividad cotidiana en la clínica al doctor Dr. Borja Corcóstegui, el oftalmólogo con mejor reputación de España, según el primer Monitor de Reputación Sanitaria (MRS), publicado en 2014. Claramente, acepté. El tema me generaba muchas dudas y por eso quería preguntar, sobre todo, cosas del día a día, para cuidar mis ojos o darosalgunas recomendaciones.

Según iba entrando al edificio, veía que estaba diseñado para que la luz fuera disminuyendo en intensidad, y los ojos se adaptaran al interior. Un edificio con gran valor arquitectónico que deja ver la cuidada estética del lugar. Un edificio funcional y con respuesta arquitectónica coherente. Os dejo un post por si queréis saber más http://www.vintageandchicblog.com/2015/10/la-sede-del-imo-el-instituto-de-microcirugia-ocular-de-barcelona.html)

Una vez dentro del centro, el equipo de comunicación me esperaba para enseñarme cada uno de los rincones de IMO. Durante la visita, me enseñaron las salas de espera y el área de consultas, me fueron explicando la actividad del centro y presentando a doctores de los diferentes departamentos. En IMO trabajan más de 150 personas, entre ellas, de los mejores doctores en cada una de las especialidades de la oftalmología, ¡nunca pensé que había tantas! Para cada una de las dolencias tienen especialistas, también en pediatría... Y todos ellos son cirujanos. Un gran abanico de doctores para que te sientas cuidado y, sobre todo, veas que los que te atienden saben de lo que hablan (eso es muy importante para la tranquilidad de un paciente).

También tienen Departamento de Estética y Rejuvenecimiento Oculofacial, donde, entre otras cosas, ofrecen tratamientos, con y sin cirugía, para combatir las ojeras. Pregunté sobre ello porque, aunque duermo bastante, tengo las ojeras oscuras y algunas veces un poco de bolsas. La doctora Luz María Vásquez me hizo algunas recomendaciones, además de explicarme todo detalle el gran abanico de tratamientos que ofrecen en su departamento.

Lo siguiente fue pasar a las consultas, donde me puse una bata blanca como un doctor auténtico, y pude asistir a cuatro consultas con pacientes con diversos problemas. ¿Con quién? Con el prestigioso doctor Borja Corcóstegui. Él me fue contando el problema de cada paciente y me hizo sentir como un doctor más.

A la hora de comer, tuve la oportunidad de hablar más relajadamente con el doctor. Le pregunté sobre el uso de tantas pantallas en la vida diaria, y las gafas de sol y vista low-cost; a lo cual no le dio mucha importancia y me aconsejó el uso de lágrimas artificiales para mantener los ojos hidratados y evitar o mejorar los síntomas del cansancio y la sequedad ocular, que tanto nos afecta al fijar tanto la vista en ordenador, tele, móvil... Este "truco", junto con intentar llevar una vida sana, con una buena alimentación y algo de ejercicio, y con una revisión oftalmológica cada dos años (si no tienes ningún problema especial), ya es suficiente para una buena salud ocular. Pues es fácil... ¡Y yo que estaba tan preocupado por ello!

Solucionadas mis dudas oftalmológicas, pasé a preguntarle sobre su vida. Ya me habían contado algo sobre sus hobbies, como la colección de coches antiguos que tiene y su afición por la música clásica, los deportes, especialmente la bici, y por la lectura. También hablamos de su experiencia en USA, donde vivió en los 80, un país con el que sigue colaborando asiduamente, como también lo hace en Suiza, donde ha colaborado en la creación de la primera escuela europea de subespecialistas en oftalmología (ESASO). Por lo que cuenta, por lo que oído y por lo que veo, el doctor no para de trabajar... y de viajar: en las últimas semanas ha estado en Las Vegas, Lisboa y Florencia.

También hablamos de la educación en España, de la ayuda humanitaria y todo lo que la fundación Ulls del món (fundada por él y Rafael Ribó) ha hecho desde hace 16 años. Las fundaciones en las empresas son muy importantes; a mí me lo parece, ya que muchas veces es la única forma de asegurar que la ayuda llegue de forma efectiva a según qué rincones del mundo. Y seguramente es lo que ocurra en este caso. Además, el doctor defiende que no solamente hay que enviar ayuda, sino que también formar a la población local para que sean autosuficientes y no necesiten de ayuda externa. Por eso, una parte importante de la actividad de la fundación es formar a médicos de los lugares en los que actúan, como el Sahara o Guatemala, entre otros.

Seguí preguntando algo que me llamaba la atención, y era la cantidad de extranjeros que se visitan en IMO. Vienen al centro pacientes de distintos países de Europa, del norte de África y de Oriente Medio, principalmente. Según el doctor, los pacientes extranjeros están cerca del 20% del total de los que se visitan en el Instituto. Este dato demuestra que el prestigio de este centro es internacional. Y diréis... ¿Qué fue lo siguiente? Entré en los quirófanos, me vistieron de azul y presencié una operación ocular. Me pareció muy interesante ver cómo es un ojo por dentro y cómo se operan unas cataratas, por ejemplo.

La verdad es que aluciné. Pensé que no iba a poder presenciarlo, que me iba a impresionar demasiado, pero aguanté como un campeón toda la experiencia de los quirófanos. Hay 8 salas de operaciones y mucho personal trabajando en un área que funciona con gran perfección y que se nota que mantienen de forma muy higiénica y cuidada. Además, vi con qué delicadeza tratan a los pacientes antes y después de las operaciones y pude presenciar varias operaciones simultáneas a través de las pantallas que conectan unas salas con otras. Y en todas, máquinas de última generación... ¡Nunca me imaginé algo tan grande! Salí interesado en ver más. Y todo se acabó, Madrid me esperaba de vuelta después de conocer IMO y tener una jornada muy instructiva.

Quiero dar las gracias a todo el equipo de IMO por hacerme sentir uno más durante la jornada.