¿Imprimimos en tela?

Por Paula Lesina


Estar de reseteo desmesurado, no significa que vaya a perderme el finde frugal. De ninguna manera estimadísima lectora. Los viernes son momentos sagrados dedicados a la inspiración. Pensar en compartir formas sencillas de ambientar es un compromiso semanal para mí. Y este viernes más que nunca. ¿Te cuento por qué? Tengo el espíritu de celebración: ayer tuve el placer de publicar en Intensional una entrevista a Marce que -acercate que te susurro un secreto- si ya la querías, después de leerla la vas a querer más.

Update desmesurado.


El miércoles expresé que necesitaba tomar unas horas de respiro creativo para conectarme de nuevo con el impulso de escribir por placer. Si tenés un blog sabrás que la dinámica de las publicaciones semanales puede tornarse tirana. Llega un momento en el cual, como bien expresó Luz en uno de sus comentarios, no sabés si estás creando por el impulso de crear o por el compromiso de escribir un post. Nunca había sentido ese compromiso hasta el momento en el cual pensé publicar un tutorial para usar Pow Toon.  No me malentiendas. Esto no significa que la herramienta no valga la explicación detallada sino que el resultado de la experiencia fue un post tan técnico que por un segundo, sentí la sensación de extrañamiento frente a mi propia escritura.
Quizás fue una simple percepción o la proyección de una búsqueda personal que transgrede el marco de este blog, pero lo cierto es que consideré de rigurosa honestidad intelectual contarte que, cuando te comprometés con una rutina de publicaciones medida en otro parámetro que no sea la intuición o el disfrute, los textos pierden frescura e identidad. Estos párrafos que escribí hasta el momento ya se sienten más "míos", con la espontaneidad provocada por el deseo de compartir un descubrimiento simple, que realmente puede ayudarte en cientos de proyectos DIY.

Estampar imprimiendo en tela.



Convengamos, no es que te vaya a revelar una verdad vital que va a llevar tu alma al nirvana. Ponele que no. Pero estoy tan encantada con este truco sencillo que necesito que lo sepas y lo uses. ¿Alguna vez soñaste con la posibilidad de estampar tus dibujos en tela? Hace algunos años (unos cuantos supongo) este deseo estaba restringido a una técnica de formación profesional. En la actualidad, con pocos elementos -y casi ningún gasto- podés transformar tu último capricho ilustrativo en un almohadón, una servilleta, un individual o  un pañuelo, si es que alguien sigue usando pañuelos de tela. También podés liberarte creativamente y personalizar pequeños objetos con una tela estampada por vos misma. ¿Cómo? Sencillícismo. Seguime paso a paso.



Te recomiendo elegir una tela con alto porcentaje de fibras naturales. Y plancharla. Porque, esta desmesurada no planchará las camisas de su no-marido pero si es necesario borrar las arrugas rebeldes para un DIY frugal, saco la plancha de la mazmorra en la que está condenada al olvido y se convierte en mi mejor amiga. 

Cuando tengas la tela lisita como la conciencia, entonces, pegala en una hoja autoadhesiva y recortá el excedente, para que no se trabe en la impresora. Por casa estábamos escasos de papel autoadhesivo. También de iniciativa para caminar hasta la papelería. Así que, finalmente, usé un papel de 250grms (de los que se usan para invitaciones y tarjetas personales) y adherí la tela a los bordes con silicona líquida. Luego de lo cual, volví a planchar para que el resultado fuera el más prolijo y firme posible. Con tu "hoja entelada" lista, lo único que tenés que hacer es colocarla en la impresora.

Como podés comprobar en la imagen anterior, no necesitás una impresora especial, ni mucho menos. Con cualquier impresora casera, por más baqueteada que la tengas, es suficiente. Ahora llega la parte divertida...Elegí el diseño que querés imprimir en tu tela. Tu imaginación es el límite y con un procedimiento de impresión como el que podrías usar para otro documento, trasladás a la tela tus citas inspiradoras, fotografías personales, los dibujos que escaneás o los patrones que creaste usando BGPatterns. Por si no conocías esta herramienta, te cuento que podés crear tus propios fondos experimentando con formas -geométricas, florales, siluetas de animales- colores y estructuras. En pocos minutos creaste tu propio patrón que podés usar como te dicte la creatividad. 

Decí la verdad...¿no está por venirte un pasmo de ver tanta flor de colores en La Desmesurada? Para ser honesta mi idea era imprimir siluetas de jirafas. Sí ya sé. Mi fascinación por las jirafas es un tema bizarro pero ya me imaginaba la impresión final en blanco y negro y solo imaginarla era una nórdica felicidad. Sin embargo, desde que los proyectos frugales son compartidos...las decisiones suelen ser más debatidas que el matrimonio igualitario. Considerando que la fuerza de decisión la tiene un niño de cinco años que se abusa de mi amor incondicional a toda su humanidad y es amante del color, cedí en la elección de un patrón floral por que, en definitiva, la primavera ya no es un horizonte lejano. Además, tarde o temprano me voy a estampar las jirafas. Que conste en actas. 

Retiramos el papel adherido, volvemos a planchar...¡Y tenemos tela estampada con la impresora! Si salvamos el pequeño detalle de que es una impresión A4, no volvés a comprar una tela nunca más. Por las dudas, para preservar la salud mental de mi santa madre, necesito hacer una aclaración de rigor: las fotos son meramente ilustrativas. Esto no significa que me transformé en esposa hacendosa y para tu información, la plancha volvió a su triste encierro. El día que me veas planchando un jean, vas a comprendér que algo no está bien...

Bandeja reciclada y frugal.



Mi historia de hoy, tiene secuela. Una segunda parte que, para variar, es buena y comienza el pasado lunes, cuando retorno al hogar con un souvenir del cumpleaños de mi ahijado Lautaro. Camilo volvió con golosinas y yo con una bandeja de madera que en su momento fue portadora de crayolas artesanales y que mi mejor amiga, en un acto de herejía incomprensible, iba a tirar a la basura. Habrase visto tanto desparpajo para descartar frente a mis ojos un objeto con potencial para el reciclaje. 

Para variar, la pinté de negro. Tampoco te emociones amorosa. Cuando Camilo está en la escuela no tengo voces tropicales susurrándome que no sea amargada y elija colores para personas que tienen sangre en las venas. Estoy segura, segurísima, de que mi compañero de aventuras frugales habría elegido el rojo. Y habría quedado genial con la tela. Pero eso supondría un esfuerzo de planificación y organización de actividades para el cual me declaro en franca rebelión.

La imagen te muestra la bandeja ya reciclada. Me despido, gratamente asombrada de que sea posible estampar tela con la impresora, reseteada de inconformidades identitarias y con una novedad. Si mirás la barra superior del blog, vas a encontrar una categoría nueva: una sección de recursos para blogueras que pretendo ir nutriendo poco a poco pero que hoy se inaugura con tres plantillas gratuitas para Blogger. Son muy básicas y simples pero siempre hay que dar el primer paso para luego, ir haciendo camino al andar.
¿Vos qué pensabas que hacía en estas horas de receso bloguero? Desmesurada quieta es desmesurada dormida -o anestesiada- y creéme, duermo cada vez menos y no me agarran para una  anestesia hasta que me explote el colon.  Feliz fin de semana, si no estás cansada de desmesuras, te espero el domingo en el blog de Ana María, Frikymama por el cual ando como invitada o intrusa desmesurada. Todavía no te vayas, yo sé que la fiesta de Marce está tentadora de trabajos increíbles. Quiero recordarte que pases de visita el lunes, te espero con más sorpresas para vos, que sos bloguera de alma. Ahora sí, podés ir en paz.