Hoy esta entrada no va de vinos, sino quiero con ella rendir homenaje a mi perruna kira, que hace justo una semana cruzó el puente del arcoíris , hasta llegar a ese paraíso de los perrunos en el que está ahora , tras una dolorosa enfermedad que me ha tenido varias semanas alejado del vino y del blog, ya que mi mente no podía concentrarse en otra cosa que intentar ayudarla ; la tristeza y la rabia cubrió mi corazón tras su partida, y aún hoy, no pasa mucho tiempo sin que la recuerde corriendo por mi jardín, o a los pies de mi sofá, robándome las zapatillas.
La noche antes de su viaje, estuve con buenos amigos disfrutando de un evento con la Marca NEFF ; buenos vinos y buenos platos , un pequeño remanso de paz antes de lo que me venía encima unas horas después ; no podré olvidar esa sensación de desazón que me entró, cuando Elena, amiga sumiller y cantante del Grupo Madrigal, interpretaba la canción Someone Like You de Adele; puede que sólo fuese una casualidad, pero se me hizo un nudo en la garganta, como un mal presagio, un nefasto augurio , y el vino ya no me fue grato en lo que restó de noche ; desde que kira fue operada, a finales de mayo, solo tomé vino en #elalmadelosvinos , y en esta ocasión en Boschküchen Burgos , ya que mi ánimo no estaba cerca del placer que el vino evoca.
Aquí tenéis a Daniel Navarro de La Colegiada y José Luis Gómez
Kira fue una fiel compañera, que compartía conmigo el pecado de la gula, y que muchas veces reposaba su cabezota en el teclado, mientras escribía mis entradas, solamente para que dejase de teclear , y la persiguiese por casa; ¿cuántas entradas he podido escribir con ella a mi lado, notando su calor en mis brazos? Kira luchó con todas su fuerzas por salir de esta, como una reencarnación del mismo Patroclo, el mejor amigo de Aquiles , al que solo el divino Hector, con la gran ayuda de los dioses , pudo derrotar ; en su último momento, abrace su cuerpo como Ayante, intentando darla todo mi calor, y la mayor dignidad en su partida, la dignidad de una heroina, que sufriendo grandes dolores, no dejó de pelear para volver con nosotros, al lugar donde ella era feliz, y nosotros con ella.
Kira en abril de 2013, cerca del Cantábrico
Tengo claro que algo se ha roto en mi , y que ese vacío, aunque vengan otros compañeros peludos en el futuro, no se podrá volver a llenar, a semejanza de una espada partida, que por muy bien que se suelde, nunca será igual que recién forjada por un discípulo de Hefesto.