Chocolate negro. En un estudio realizado hace poco, los voluntarios que comieron 100 gramos de chocolate negro (con un 70 por ciento de cacao) todos los días, durante una semana, vieron elevarse su HDL en nueve por ciento. Lo malo es que tiene unas 550 calorías, pero el coautor del estudio, el doctor Paul A. Gurbel, del Hospital Sinai de Baltimore, dice que comer cantidades más pequeñas a diario (por ejemplo, 14 gramos), a lo largo de un periodo prolongado, también podría ayudar.
Salmón. El nivel de HDL de los adultos que comieron dos raciones de salmón de alrededor de 115 gramos por semana durante cuatro semanas subió un cuatro por ciento, según un estudio de la Universidad Loma Linda, en California. Otros pescados grasos —la caballa, el arenque y las sardinas— deberían dar resultados similares, dicen los expertos.
Bayas. No tienen que ser frescas, pero sí abundantes. El nivel de HDL de los adultos que comieron cerca de una taza de bayas congeladas al día durante ocho semanas subió un cinco por ciento.
Huevos. De acuerdo con un estudio realizado en Tailandia, los adultos sanos que comieron un huevo todos los días durante 12 semanas incrementaron su HDL hasta en un 48 por ciento. Los huevos son ricos en lecitina, que, según estudios con animales, eleva las concentraciones de HDL.