Indicadores de que tu dieta está obsoleta

Por Sportfactor @sportfactor

Mantenerse mucho tiempo haciendo dieta, nos puede pasar factura si no somos capaces de diferenciar las señales que nos están indicando que debemos “bajarnos del tren”.

Partamos de la base de que hacer dieta, es duro, pero cuando nos miramos en el espejo y observamos los logros conseguidos, nos damos cuenta que el esfuerzo esta mereciendo la pena.

Cuando pensamos en una dieta bien planidficada, nos vienen a la mente imágenes como : seguir unas pautas escritas en un folio, comer con frecuencia durante el día, planificar de antemano los alimentos que nos llevaremos a la boca, negar los antojos que nos vengan en ciertos momentos del día, hacer caso omiso de los rugidos de nuestro estomago cuando hemos cenado espinacas y pescado en lugar del kebab que se está zampando nuestro mejor amigo…, si bien, las personas a veces somos un poco  masoquistas y disfrutamos con este proceso.

De hecho, es fácil entusiasmarse con la naturaleza rígida y estricta de la dieta. Después de todo, el objetivo es mejorar físicamente, pero como hemos dicho hay una línea que no debemos de cruzar y que separa la dieta saludable, de las restricciones excesivas para la salud.

Antes de entrar en profundidad en esos indicadores, os recordamos una vez más, que lo importante es la educación nutricional y saber las cosas que podemos comer a lo largo del día, si la dieta es muy estricta o monótona, reiteramos que acabará pasando factura.

INDICADORES
1 – Perderse en los números

Cuando hablamos de dietas, las calorías diarias que consumimos,la distribución y peso de los macronutrientes  a lo largo del día suelen ser una parte esencial del patrón a seguir.

Pero si empezamos a sumar continuamente las calorías de la mayoría de los alimentos que consumimos o cuando cogemos un yogur, no miramos el sabor que tiene si no que directamente nos vamos a la tabla de contenido nutricional para mirar las calorías por cada 100 gramos, es que algo pasa…

Es cierto que en una dieta los números son importantes, pero no podemos dejar que nos obsesionen,  cuando contamos incluso las unidades de brócoli que consumimos, estamos claramente perdiendo la perspectiva real de las cosas. Y esa obsesión por las calorías, es tan mala, como no prestarles la más mínima atención. Si un día en vez de los 200 gramos de hidratos de carbono que debes comer, consumes 220, no te preocupes, el mundo no se acaba.

Equilibra y compensa los macronutrientes, pero sobretodo hazlo relajado y de forma coherente.

2 – No sin mi tupperware

Todos (o casi todos) os habréis olvidado alguna vez el móvil en casa un día normal, ¿recordáis esa sensación?, ¿recordáis esa sutil agonía de sentirse indefenso y “desconectado”?

Pues algo grave está pasando cuando un día se nos olvida el tupper de la comida en casa y creemos que es una catastrofe de proporciones bíblicas. Está claro que tener planificadas las comidas y preparadas de antemano es la mejor solución, pero si un día se nos olvida en casa, no pasa nada. Debemos ser flexibles y adaptarnos y estamos seguros que si en el bar de la esquina no tienen verduras al vapor con pechuga de pavo, tendrán ensalada mediterránea con ternera a la plancha. Ya sabemos que no es lo mismo, pero tampoco dista tanto del concepto nutricional que ese día debías ingerir.

Es fácil saber que alguien está a dieta, solo debes de contar la cantidad de tuppers que viajan con él al puesto de trabajo.
Excluyendo los modelos profesionales y los culturistas que se les paga para mantener su cuerpo es estado óptimo todo el año, la mayoría de la gente debería de ser más flexibles si no quieren volverse locos.

Esto no significa carta blanca en el Mc Donald’s, implica lo que hemos dicho, saber  adaptarse a la situación y no crear una catástrofe donde no la hay.


3 – El ritual matutino de la báscula

No puedes pretender que una plataforma analógica o digital en la que te subes, sea un indicador de tu éxito o tu fracaso. Un trozo inanimado de metal, no puede arruinarte el día, o al menos, no debería…
La mayoría de personas que hacen una dieta nueva, quieren resultados y los quieren ya. Pero hay tantas variantes y tantas circunstancias que regulan nuestro peso, que de un día a otro pueden variar por arriba o por abajo. Sobre todo las chicas y debido a la menstruación, sufrís aún mas estas variaciones diarias.

Las fluctuaciones diarias de peso son completamente normales y naturales, y dado que buscamos resultados a medio-largo plazo, lo mejor es que te peses cada 15 días, no todas las mañanas cuando te levantas, te aseguramos que de ese modo, tu vida será mucho más lineal y sin tantos altibajos emocionales.

¿Quieres resultados, verdaderos sin usar la bascula?, es muy sencillo, solo tienes que fijarte en la ropa  si te queda más holgada o menos, la ropa no miente.

4 – Cuando la dieta invade tus sueños

Si te despiertas de un sueño en el que la comida era un tema importante, da la sensación que incluso para el subconsciente el hambre es un tema vital.

Puedes engañar a tu mente durante el día cuando la controlas, pero por las noches, en los brazos de Morfeo, eso ya es otra cosa. Si te encuentras en ese punto, más vale que te plantees hacer un día trampa y darte un capricho culinario.

Incorporar algunos caprichos de vez en cuando en tu plan nutricional te ayudará a llevarla mejor y dejar tu mente tranquila por las noches.

5 – Chicle, la panacea de los hambrientos

Meterte un trozo de goma de mascar en la boca para vencer los antojos cuando tienes el impulso de picar alguna cosa, es una práctica muy habitual entre la gente que está a dieta.

Pero si el chicle se ha convertido en un sustituto de la merienda o de los snacks entre horas, es necesario que concluyas tu hábito de masticar.

Pasar hambre, es una situación con la que tendrás que lidiar en algún momento de la dieta, sin embargo si te topas con la sensación de hambre continuamente y el chicle no funciona para engañar a tu mente, por Dios, escúpelo y ¡Come algo!

Es verdad que las dietas bajas en calorías son ideales para la pérdida de grasa, pero si son muy bajas, lo único que van a bajar es el ritmo de tu metabolismo. Y te adelantamos que la goma de mascar no lleva los nutrientes que tu cuerpo necesita en esos momentos.

Por tanto come un mínimo de 5 veces al día y deja el chicle para salivar después de comer y proteger tu placa dental.

Conclusión

Las dietas son una buena herramienta para perder peso, más si cabe cuando las unimos a la práctica deportiva, pero si nuestra vida gira en torno a ellas, debemos de plantearnos hasta qué punto son saludables.

La clave es comer sano y comer de todo.

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