Inés Rosales, tradición de confitería andaluza

Por Javie

El recuerdo de los productos que sigue elaborando Inés Rosales, en el pueblo del Aljarafe Sevillano de Castilleja de la Cuesta, están íntimamente asociados a la infancia de personas que como yo disfrutamos de cierta edad.Es difícil no acordarse del peculiar envoltorio con la leyenda: "Las legítimas y acreditadas tortas de aceite de Inés Rosales", con un aire retro que aún mantiene y con el teléfono del pueblo, donde se fabrican, con dos cifras, creo el 30. O la referida a los conocidos como: "Cortadillos de cidra de Castilleja de la Cuesta", tradición y sabor a raudales. No en vano comenzaron, en el ya más que lejano año de 1910.Las tortas de aceite de Inés Rosales, son conocidas y comercializadas fuera de nuestras fronteras dada su fama y su calidad. Su, por otra parte, sencilla fórmula, a base de harina, aceite de oliva virgen extra, azúcar y ajonjolí, y su fabricación a mano, dan lugar a un producto exquisito y original, como pocos.Además fabrican: hojaldre de miel, magdalenas, roscos fritos, bizcochos, pestiños... con las características que distinguen la confitería andaluza, donde destaca, sobre todo, el excelente aceite. Merece la pena conocer su página web, que, con el mismo estilo un poco añejo de la marca, refleja con acierto la empresa, la fábrica, y sus productos.www.inesrosales.com