Cuando Teresa Seijas falleció a consecuencia de un cáncer, sus amigas pensaron en la mejor manera de honrar su memoria. Linda, una inglesa que lleva 30 años en España, se acordó de una vieja costumbre en su país, donde se solicita un donativo para alguna organización en lugar de las tradicionales coronas de flores. A la familia de Teresa le pareció una buena alternativa y les gustaría que la iniciativa se extienda por toda España.
Teresa falleció en Coruña el 26 de junio de 2009 a los 57 años. Por detrás quedaban dos años de lucha contra el cáncer, ya demasiado extendido cuando se lo diagnosticaron, dos operaciones y mucho sufrimiento aliviado con grandes dosis de morfina.
"Nosotras nos habíamos conocido haciendo voluntariado en una ONG cinco años atrás", explica Linda a ELMUNDO.es, "y cuando murió pensé que quería algo para distinguir a mi amiga. No sólo porque era mi amiga, sino porque era una persona buena y aquí se da más importancia a la gente mala que a los buenos".
Linda se acordó de que en Inglaterra algunas esquelas indican el deseo de la familia de que "prefieren un donativo a alguna organización en lugar de las tradicionales flores"; y la idea de sus dos mejores amigas, Linda y Maribel, cautivó a su familia.
"Nos encantó", resume Eva, la hija de Teresa, "nos pareció que la mejor manera de honrar a una persona es ayudando a otras y el donativo a la Asociación Española contra el Cáncer nos pareció un detallazo precioso". Eva recuerda de hecho que su madre estuvo probando algunas quimioterapias nuevas, "que a ella no le funcionaban, pero sabía que con eso podía estar ayudando a otros pacientes en el futuro".
Así que la tumba de Teresa, en lugar de estar llena de ramos y coronas fúnebres, se convirtió en un tributo a otros pacientes con cáncer en forma de donativos a la AECC. "Algunas personas nos consultaron y otras nos dijeron lo que habían hecho pasado el tiempo. Otras, además del donativo trajeron dos flores pequeñas de modo simbólico", resume Eva.
Linda se extraña de que esta costumbre aún no haya calado en los cementerios españoles, y le gustaría que su iniciativa se extendiese fuera de Galicia ("me han dicho que en Cataluña ya es más habitual", aclara Eva y también es frecuente en otros países europeos). De momento, cada año desde su muerte, los amigos y familiares de Teresa organizan un torneo deportivo en su honor y siguen recordando con deporte y juegos que era "una persona buena".
**Publicado en "El Mundo"