“Insensibles”
(2012), la
opera prima deJuan Carlos Medina, venía precedida por haber ganado el Melies de
Plata y por unas críticas entusiastas de aquellos que habían tenido oportunidad
de verla antes de su pase en Sitges. De esta manera la decepción no pudo ser
más grande. Nos encontramos ante otro rutinario ejercicio español de fantasía
blanda, un producto prefabricado con los consabidos buenos sentimientos, los
justos toques de fantástico, un poco de gore y un mensaje en su argumento. Una
película que si hubiese sido producida por Filmax o Rodar y Rodar no creo que
hubiese tenido el recibimiento que tuvo en el Festival de Sitges por parte de
la crítica.
Esta decepción se encuentra en la misma
película. Tras un arranque curioso, que no dinámico, la película se desinfla a
pasos agigantados hasta un tercer acto donde consigue remontar el vuelo de
manera tímida pero insuficiente. Los problemas que acarrea esta historia, la
mitad de la cual está ambientada en la guerra civil y hablada en catalán (huela
a explotación de “Pa negre” (Agustí Villaronga, 2010)), son
muchos. Para empezar la estructura del guión, escrito a cuatro manos por el
director y el horroroso Luiso Berdejo autor
de, entre otras, “Rec: Genesis” (Paco Plaza, 2012), quien deja buena
impronta de su obra previa en esta historia, jugando con una construcción a
base de flashbacks alternando presente y pasado y de esta manera pretendiendo
tanto incrementar el ritmo de la historia como el misterio que rodea a estos
niños inmunes al dolor. Fracasa en ambos intentos, por un lado el ritmo queda
lastrado con tanto ir y venir, y por otro, el misterio va siendo fácil de
averiguar ya que el espectador no le queda mucho más que investigar por su
cuenta para paliar el aburrimiento.Este
tedio se hace especialmente insoportable en la mitad de la película. A ello no
ayudan los pésimos efectos digitales, especialmente todos aquellos relacionados
con el fuego, la primera vez que aparecen uno piensa si se trata de una
broma.Eso sí, el trabajo de efectos de
maquillaje sobresale ante todo lo demás siendo excelente y merecedor de cuantos
premios se lleven los amigos de DDT por esta obra. En cuanto al mensaje de la
película, no podía ser más obvio, la guerra es mala y los fascistas también.Hay que reconocer que a pesar de obvia y
explicativa, la idea de que el fascismo es creador de todo tipo de monstruos no
es mala, pero tampoco nueva.En un
tiempo en que el fascismo no existe realmente y está camuflado en lo
políticamente correcto, jugar a esto, a lo políticamente correcto es seguir el
juego a lo que pretendidamente se denuncia. Volviendo a la historia, la parte
de la investigación está mucho mejor resuelta sobre todo por la labor de los
actores Alex Brendremühl y Juan Diego, mucho mejor en catalán que
en castellano el primero; mientras que la del pasado, además de ser en exceso
reiterativa carga con una horrorosa composición de Ramón Fontserè quien parece
creer que todavía está en la infame “Soldados
de Salaminas” (David Trueba, 2003).
Por último en los apartados positivos se puede decir que Medina sabe mover la
cámara y domina el espacio pero al menos en esta primera incursión, su talento
está al servicio de una historia que no merecía pasar del cortometraje.
Alex Turol
Ficha Técnica
Año: 2012 / Director: Juan
Carlos Medina / Productor: Adolfo Blanco, François Cognard, M.A. Faura,
Antoine Simkine / Guión: Luiso Berdejo, Juan Carlos
Medina / Fotografía: Alejandro
Martínez / Música: Johan
Söderqvist / Dirección Artística:
Iñigo Navarro / Efectos Visuales:
Roberto García, Luis Tinoco / FX:
Xavi Bastida, Jordi Morera, Raquel Munuera, Pablo Perona Navarro, Yago
Portal, Raúl Romanillos, Marcos Sagasta, Aleix Torrecillas / País: España, Francia / Duración: m. / Proporción: 2.35: 1 / Color
Ficha Artística
Derek de Lint, Irene Montalà,
Félix Gómez, Àlex Brendemühl, Juan Diego, Richard Felix, Tómas Lemarquis, Bea
Segura, Liah O’Prey, Lluís Soler, Sílvia Bel, Francisca Piñón, Ramón
Fontsere, Joan Carreras, Anna Alarcón, Ilias Stothart, Àngels Poch, Mot
Harris Dunlop Stothart.