¿Y está realmente justificada unclamor tan desorbitado como el generado por esta cinta? Pues, en lahumilde opinión del que dedica estas letras a glosar su visionado,francamente, no. Y no es que no se trate de un buen documental, o deque le falten a la película de Charles Ferguson elementosmeritorios, que los tiene, sin duda alguna; pero no tantos como paratrascender su condición de pieza de género incapaz de desafiar,siquiera mínimamente, a las convenciones de fondo y forma de esemolde al que se somete, lo cual provoca que, al fin y a la postre, loque tenemos en pantalla no deje de ser un documental más, cuyavalentía en la denuncia, tan vigorosa como maníquea, de los excesosde una oligarquía financiera internacional no se traslada a unaestructura formal más arriesgada.
'Inside job' se desarrolla, desde elpunto de vista narrativo, como uno más de tantos y tantosdocumentales que hemos podido, y podemos, contemplar en cualquiercadena televisiva, generalista o especializada, bajo la estructuraalternante de un relato basado en imágenes de archivo y gráficas,que constituyen el tronco central de su discurso, ése sobre el quese arma su tesis (y que, en este caso, se presenta en varioscapítulos numerados, cual actos teatrales, asimilables a una suertede presentación, nudo y desenlace), y una colección de testimoniosque podemos dividir en dos grandes grupos: el de los “buenos” (esdecir, aquellos cuyos planteamientos se mueven en parámetrossimilares a los de las tesis defendidas por la cinta) y el de los“malos” (o sea, todos los que, de una u otra manera, hancontribuido a ese desastre que el documental pretende explicar yclarificar, ya sean presentes o ausentes —la lista de los “que noquisieron contestar a nuestras preguntas” es verdaderamenteextensa, y se entiende...—). Nada nuevo, en ese aspecto, bajo elsol (de Wall Street...).
Su exposición argumental es clara y,pese a lo arduo que puede resultar la componente matemática de suleit-motiv, se hace perfectamente comprensible para el profano; encuanto a su ritmo, el despliegue de imágenes es vigoroso ycontribuye a que la narración resulte amena y engancheemocionalmente al espectador —siempre y cuando éste no se dejeabrumar, eso sí, por la exhibición obscena de esa desvergüenza conque un puñado de degenerados ha dado lugar al estado de cosas que eldocumental retrata—. Ciertamente, 'Inside job' no viene a aportarningún dato ni información relevante o novedosa que no haya sidoexpuesta con profusión a lo largo de estos últimos años en los másvariados soportes, formatos y contextos; y, por lo demás, se tratade una cinta claramente “militante”, que toma una postura rotundade denuncia y que se “moja”. Algo que no tiene por quéreportarle ningún reproche (al menos, no de mi parte, en la medidaen que, básicamente y en lo sustancial, comparto su tesis de fondo),pero que sí hubiera podido resultar una buena excusa para haberasumido algún riesgo más pronunciado a la hora de su articulaciónformal, excesivamente apegada, insisto, a los cánones del género ensu acepción más clásica. Si esta malhadada crisis le brinda alseñor Ferguson una oportunidad para una secuela (que muy de temer esque así sea...), ojalá que así sea.
* NOTA ACLARATORIA: He intentado, como de costumbre, publicar esta reseña ilustrada por un cartel de la película en cuestión, pero, por ahora, parece que no puede ser. Lo seguiremos intentando.