Ese mestizaje es una de las señas de identidad de este estilo que se nutre de la mezcla de distintas culturas. Un estilo libre y apasionado en el que, fiel a su origen relacionado con los artistas y su forma de vida bohemia, no existen reglas.
Eso sí, esta falta de reglas no implica falta de ideas, trucos o inspiración porque, aunque no seas consciente de ello, al dar un aire boho-chic a un espacio seguramente estés cumpliendo alguna de estas cosas:
- Colores. Los que más se utilizan son los de tonos cálidos como rojos, anaranjados o marrones/tierra muy cercanos a la naturaleza. Pero como se permite todo, el resto de colores también tiene cabida, normalmente como contraste sobre ese fondo cálido.
- Textiles. Su importancia es vital, son una señal de este estilo. A veces se suprimen puertas o armarios y, en su lugar, se coloquen cortinas o telas, se utilizan mantones para adornar, o telas que no son tal como manteles... eso siempre con estampados influenciados por otras culturas como la hindú, la árabe o la africana.
- Alfombras. Tanto en el suelo como en las paredes, tampoco pueden faltar en ningún espacio de estilo boho. Se admiten casi de cualquier tipo aunque, sin duda, las estrellas indiscutibles son las alfombras persas de lana y las jarapas de algodón.
- Cojines y pufs. Otro de los impresdindibles boho. Sobre sofás, sillones, columpios o directamente sobre las alfombras o el suelo, invitan a todo el mundo a sentarse y disfrutar de la conversación y el relax que transmite este tipo de decoración.
- Muebles con personalidad. El mobiliario que se utiliza nunca es recién comprado - o si lo es, no debe parecerlo -. Piezas vintage, piezas restauradas o recuperadas... siempre objetos con personalidad, con presencia y con historia, piezas que llenan el espacio por sí mismas.
- Objetos decorativos. Pueden ser atrapasueños - como el que hicimos hace un par de semanas -, pueden ser lámparas con cristales de colores, candelabros, vajillas, bandejas árabes,... lo que son siempre es artesanales y muy, muy coloridos.
- Plantas y flores. Tanto si son plantas de verdad - grandes, verdes y sin muchas flores a ser posible -, como si son el motivo principal del estampado de textiles y alfombras - con flores y cuando más coloridas mejor, entonces -, son un elemento decorativo más en los ambientes boho-chic.
Dicho así parece fácil, ¿no? Un poco de aquí, un poco de allí, lo mezclo todo... et voilà! Pero, como casi todo lo que nos parece muy fácil a primera vista, después resulta que es un poco más complicado de lo que parece. En este caso el truco está en conseguir el equilibrio justo para que nuestro ambiente boho-chic no se convierta en nuestro ambiente "boho-hortera".
Dicen los entendidos que ese equilibrio se consigue utilizando "el atrevimiento, la sofisticación y la decadencia en el mismo grado", ¡ahí es nada! Por mi parte, yo os diría que se consigue utilizando los elementos que hemos comentado antes; una gama de colores que conjunten y contrasten entre ellos y, sobre todo, mucho sentido común ;) Por eso mismo, porque hace falta mucho sentido común, aunque me encanta, en casa yo aún no me he atrevido con este estilo...
¿Y vosotr@s? ¿Lo habéis hecho? ¿Tenéis algún rincón boho-chic en casa?
¡¡FELIZ MIÉRCOLES!!