También sucede a nivel individual, frente a un mismo estímulo, por ejemplo un olivo, no percibe lo mismo un agricultor, que un pintor. Sus inteligencias están preparadas para hacer diferentes preguntas e interpretar la realidad de diferente forma, todo producto del objetivo elegido. El pintor quiere reproducir la belleza y el agricultor obtener una buena cosecha. Si la información obtenida es relevante o no para la obtención del objetivo hará que mantenga su forma de procesarla o la cambiará. Si es inteligente. Esta forma de entender la inteligencia humana tiene implicaciones muy importantes en nuestra vida. Nos hace libres y responsables, nos permite conocer lo que somos y lo que podríamos ser. Nos muestra el camino, nos da sentido. Coloca al hombre de nuevo en el centro del universo y lo hace responsable de su destino. Ya nada es relativo, las ideas, las actitudes, la conductas, son "buenas o malas" en función del objetivo a lograr.
"Un gran poder, implica una gran responsabilidad" Nunca el objetivo, la ideología, debe perder de vista a las personas. En el momento que esto ocurre, el sufrimiento comienza extenderse por la tierra, como tantas veces ha pasado en la historia. El Objetivo del hombre, de la sociedad, es lo que siempre ha buscado a lo largo de la historia; la justicia y la felicidaden el sentido clásico de los términos, es decir la resolución de los conflictos, la armonía social y el aumento y desarrollo de posibilidades individuales. La dignidad del hombre.
Mira dentro de ti. Observa que podrías llegar a ser y ponte en marcha. Tener un objetivo y comenzar a caminar hace que la información que te llega se interprete de otra forma, comienzas a ver su posible utilidad para tu proyecto. La mente se despierta, está alerta, comienzas a ver posibilidades nuevas que nunca habías considerado, pruébalas. Si no encuentras un gran objetivo, busca uno "pequeño" que sea factible, porque el verdadero objetivo es disfrutar del camino. Te vas a morir igual.