El tratamiento de la angina de pecho ha experimentado importantes avances en los últimos años, tanto desde el punto de vista farmacológico como del de las técnicas de recuperación del riego sanguíneo (angioplastias y cirugías). Sin embargo, un número considerable de pacientes (hasta el 11%, según datos de EEUU) no responden a estas terapias y sufren lo que se llama angina refractaria, un trastorno que afecta en buena medida a su calidad de vida.Precisamente por sus importantes dificultades para sobrellevar el día a día, en estos pacientes se están probando distintos tratamientos experimentales, como la terapia celular. Aunque aún es mucho lo que se desconoce sobre la utilidad de esta estrategia terapéutica, recientes estudios sugieren que puede beneficiar ampliamente a los pacientes.Una de estas investigaciones es la dirigida por Pilar Jiménez Quevedo desde el Hospital Universitario Clínico San Carlos de Madrid cuyos resultados se han publicado recientemente en la revista Circulation Research, una de las publicaciones de la Asociación Americana del Corazón.