Si el próximo miércoles 10 de septiembre sus sitios web preferidos demoran mucho tiempo en cargar, puede deberse a la campaña “Internet Slowdown”, un día de acción mundial organizado por Battle for the Net, un grupo que defiende la neutralidad en Internet. Quienes participen en esta acción no enlentecerán realmente la red, sino que colocarán en sus sitios web íconos animados que señalen que la página se está “cargando” para simbolizar lo que pronto podría ocurrir con Internet. Los organizadores de la acción denominan a esta señal “la gran rueda giratoria de la muerte”. Mientras gira la rueda, se están redefiniendo las reglas de funcionamiento de Internet. Las grandes empresas proveedoras de este servicio en Estados Unidos, como Comcast, Time Warner, AT&T y Verizon, están intentando cambiar el modo en que se rige nuestra actividad en la red.
La lucha por estas reglas se está librando ahora mismo. Las empresas proveedoras de Internet quieren crear una red de dos categorías, en la que algunos sitios web o proveedores de contenidos paguen para obtener acceso preferencial a los usuarios. Las grandes proveedoras de contenidos como Netflix, una empresa gigante de transmisión de películas en línea, pagarían más para garantizar que su contenido llegue a los usuarios a través de la vía rápida. Pero si, por ejemplo, una empresa nueva intentara competir con Netflix, pero no pudiera pagar a los grandes proveedores de Internet los elevados costos de utilizar la vía rápida, los usuarios podrían sufrir grandes demoras para acceder al servicio y, por lo tanto, no se suscribirían a él.
Internet está protegida de esta práctica discriminatoria de dos categorías mediante la denominada “neutralidad de la red”, un principio fundamental de navegación por Internet que permite a cualquier usuario acceder libremente a la red sin que ninguna empresa censure el contenido ni enlentezca la conexión. El catedrático Tim Wu fue quien desarrolló el concepto de neutralidad en la red. Actualmente, es candidato a Vicegobernador de Nueva York. “El motivo por el cual un millón de personas se tomaron el trabajo de escribir comentarios al Gobierno federal acerca de la neutralidad de la red es que consideran que la igualdad está siendo amenazada y conciben una Internet abierta, que ha sido siempre la base de la igualdad de expresión, en la que la voz de un bloguero desconocido tiene un peso similar al de un periódico poderoso, y dicen: ‘Queremos una Internet abierta. Creemos en una sociedad más igualitaria’. De algún modo, la pasión que despierta la defensa de la neutralidad de la red en este momento refleja realmente una preocupación más profunda con respecto a la creciente desigualdad en este país. La campaña “Internet slowdown” está pensada para mostrar cómo sería tener una red en la que los ricos obtengan una navegación más rápida y los pobres una más lenta. Es como dividir la acera a la mitad, o algo así. Es tan terrible que la gente se ha comenzado a entusiasmar al respecto”.
Debido a que gran parte del tráfico mundial de Internet pasa por Estados Unidos, el modo en que este país regule Internet afectará al mundo entero. Lamentablemente, la situación de la reglamentación sobre Internet en Estados Unidos, a cargo de la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC, por sus siglas en inglés), está en crisis. Tom Wheeler, el presidente de la FCC nombrado por Obama, propuso una nueva reglamentación para Internet que eliminaría la neutralidad de la red y permitiría a las empresas proveedoras de este servicio crear dos vías separadas de transmisión de datos: una rápida y una lenta.
Analicemos el ejemplo de Netflix. La transmisión de video on line requiere un amplio ancho de banda. Los clientes del servicio de Internet para hogares de Comcast se quejaron de que su transmisión de Netflix era muy lenta y que sufría frecuentes interrupciones. De modo que en febrero de este año, Netflix accedió a pagar a Comcast una suma adicional para tener “prioridad de descarga”, lo que significa que la conexión a Internet de Netflix tendrá una velocidad de descarga más rápida que la de otros sitios, es decir, que sus contenidos se transmitirán por la vía rápida. Desde entonces, Netflix ha realizado acuerdos similares con AT&T, Verizon y Time Warner.
VHX es una pequeña nueva empresa de transmisión de video por Internet con sede en Nueva York. Su director ejecutivo, Jamie Wilkinson, expresó su preocupación en el blog de VHX: “Las empresas con las que competimos (Apple, Amazon, Google y las propias empresas de cable) pueden pagar por una ‘vía rápida’ de transmisión de contenidos…Nosotros no podemos darnos ese lujo”. Y añadió que VHX “vivirá o morirá” en función de la fuerza de la reglamentación de la neutralidad en la red.
También preocupa la censura que puedan ejercer las empresas. Supongamos que tenemos un sitio web que defiende los derechos sindicales y apoya a un grupo de trabajadores en huelga. Una gran empresa proveedora de servicios de Internet podría bloquear el sitio web y negar el acceso a información muy importante para la población. No se trata de un caso hipotético. En Canadá, en 2005, los trabajadores de la empresa proveedora de Internet Telus realizaron una huelga. Uno de ellos creó un sitio web denominado ‘Voices for Change’, en apoyo a la huelga. Telus negó a sus clientes de Internet acceso al sitio web hasta que la censura de la empresa se volvió noticia en todo el país. Sin embargo, si los grandes proveedores de Internet logran su objetivo, este tipo de censura se volverá habitual.
Además de la acción “Internet Slowdown” que se realizará el 10 de septiembre, los organizadores prometen “lograr que haya un número sin precedentes de correos electrónicos y llamadas telefónicas a legisladores”. La fundación Sunlight analizó 800.000 comentarios ya presentados ante la FCC sobre este tema, de los cuales un 99% apoyaba normas estrictas para proteger la neutralidad en la red. Los organizadores de la protesta están exigiendo que Internet sea considerado un servicio público, al igual que el teléfono. Lo que podría suceder con Internet si se pierde el principio de neutralidad es equiparable a que una empresa de telefonía pueda disminuir la calidad de sus llamadas telefónicas porque usted no contrató el servicio ‘premium’. Gracias a que los servicios públicos básicos, como el telefónico, están regulados por normas que impiden todo tipo de discriminación, toda la gente obtiene el mismo servicio. En la actualidad, la FCC ha clasificado a Internet como un “servicio de información”, lo que la somete a normas de protección del consumidor menos restrictivas.
Desde hace mucho tiempo se considera que la FCC es un “organismo cooptado”, controlado por las empresas que se supone debe regular. Antes de convertirse en presidente de la FCC, Tom Wheeler era un importante lobista de la industria de la telefonía celular y del cable. En las anteriores luchas por la reglamentación de Internet, las protestas públicas ganaron la batalla. Si el poder de la población no logra superar el poder del dinero de las empresas en Washington, entonces la campaña “Internet Slowdown”, más que un día de protesta, se convertirá en una situación permanente. Más allá de la postura que adopten, envíen un correo electrónico al Presidente Barack Obama y al presidente de la FCC, Tom Wheeler, mientras aún puedan hacerlo.
© 2014 Amy Goodman
Traducción al español del texto en inglés: Mercedes Camps. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español, spanish@democracynow.org
Amy Goodman es la conductora de Democracy Now!, un noticiero internacional que se emite diariamente en más de 800 emisoras de radio y televisión en inglés y en más de 450 en español. Es co-autora del libro “Los que luchan contra el sistema: Héroes ordinarios en tiempos extraordinarios en Estados Unidos”, editado por Le Monde Diplomatique Cono Sur.