En esa noche, con tanto frío que hacía temblar el cuerpo y acelerar el paso, mientras apresuradamente trataba de encontrar algún café donde encontrar un poco de calor, así,... como de la nada,... como sucede en Buenos Aires, surgió la figura engalanada, se inclinaba lánguidamente sobre la fuente de agua e ignoraba con gallardía mi presencia, pero de pronto,... apenas un segundo,.. ¿una ilusión óptica tal vez?,... la hermosa mujer de mármol me guiño dulcemente un ojo y me señalo sigilosamente el cielo.
¡Hermosa dama que espectáculo más maravilloso me mostraste!...Me olvide del frío y de todo, solo podía disfrutar, con todos mis sentidos subyugados, de tu hermoso regalo.
Hermosa dama gracias por hacerme participe del milagro, huyeron el frío, el cansancio, el hambre, me sentí parte en un espectáculo único,...de una naturaleza que tiene su propia manera de crear arte...Gracias mi hermosa dama de mármol por haberme dado el guiño de un momento inolvidable, que sin tu ayuda habría pasado por alto...