Hace poco, leyendo, en el avión, una revista de esas de Ciencia, me enteré de que existía una enfermedad llamada "wiitis". El término, por lo visto, fue acuñado por
Julio Bonis, excelso blogger amante del Clipper de fresa, en una carta al
New England Journal of Medicine, en el año 2007. Y me he dicho que yo no voy a ser menos. Si Julio puede, yo puedo. Yo también quiero acuñar un término, que eso queda de lo más "in".- ¿Qué haces, Jomeini?- Pues ya ves, aquí, acuñando un término - que queda muchísimo mejor que decir "perdiendo el tiempo en gilipolleces" ¿O no?. Pero es que el término en cuestión que se me ha ocurrido - ipaditis- tiene absoluta vigencia. Por lo menos, en mi casa. Este año, los Reyes se volvieron locos y, en lugar de dejarle a mi santo el e-book que había pedido, le regalaron un
ipad. Por eso de que había sido bueno y esas cosas. Dicho sea de paso, los Reyes pretendían recuperar su propio e-book y su iphone, cosa que lograron. Y lo lograron porque mi santo tiene Ipaditis, así, con "I" mayúscula. El ipad es un objeto extremadamente virulento, que tiene la propiedad de inflamar el entendimiento de quien lo posee, el cual, a partir del momento en que lo enciende, no hace otra cosa que zambullirse en el
Apple Store en busca de aplicaciones a cual más absurda. - Uy, mira, Jomeini - me dice, la otra noche, mientras yo luchaba con la estadística básica de mi trabajo para el Congreso - Un gato que habla.- Uf, qué apasionante, chico.Los afectos de ipaditis sufren una alteración del patrón de sueño secundaria a la infección: se acuestan a las mil y monas y se quieren morir cuando suena el despertador a la mañana siguiente. Pero diez minutos de siesta son suficientes para que vuelvan a acostarse a las mil y monas. Hace dos noches, me despierta un resplandor azul que salía, como un aura, del lado de la cama donde duerme mi santo. Casi parecía la escena de Poltergeist.- Pero...¿qué haces? ¡Qué son las dos de la mañana!- Ya voy, ya voy - me dice, en pleno brote de ipaditis aguda.Hoy se lo ha dejado en casa. Lo tengo aquí al lado. Hasta miedo me da tocarlo. Hasta el momento, que se sepa, la ipaditis no tiene cura.