La gran diferencia entre los primeros 2 Aliyás (regresos de los judíos a su patria) y el último fue el patrón del área que, tras la derrota y el desmantelamiento del imperio otomano, pasó a ser el imperio británico. A la vez, hubo un montón de incidentes cruciales que tuvieron lugar en aquel periodo, cambiando el curso de la historia como nunca antes...
La verdad es que los judíos nunca han sido particularmente populares en los países donde vivían, de ahí los infinitos pogromos, algo que tiene sus explicaciones, las cuales no sirven para nada como justificaciones. El estilo de vida y la mentalidad de las comunidades judías, con los rasgos referidos en el artículo anterior, despertaban sentimientos bien negativos a los demás. Sentimientos como envidia, en el mejor caso, por su desarrollo económico y el mutuo e incomparable apoyo entre los miembros de la comunidad, sobre todo en tiempos muy difíciles, como la década de los 30 que vino justo después de la gran recesión de 1929, o, en el peor caso, resentimiento por el hecho que se negaban a mezclarse, algo que emitía una imagen desde arrogante hasta racista.
En algunas ocasiones, como en Alemania, hasta que se les imputaban acusaciones particularmente graves, como las de traición o conspiración contra el país que los alojaba.
Caricatura que ilustra la imagen judía estereotípica
Naturalmente, sobra añadir el elemento de fanatismo religioso, tanto por parte de cristianos como de musulmanes. A decir verdad, el odio cristiano ha sido significativamente mayor, debido, más probablemente, al rechazo de Jesús como Mesía y su crucifixión. Por ejemplo, los sefardíes fueron expulsados por la inquisición santa española y encontraron refugio en lugares como la, entonces otomana, Tesalónica, y aquí cabe recordar la, antes referida, posición positiva de los otomanos hacia la idea de la creación de un estado israelí dentro de su territorio. Pero, por desgracia para los judíos, los otomanos han sido una excepción en este asunto.
Consecuentemente, la reacción de los árabes no sorprendió a nadie. Las hostilidades empezaron relativamente temprano y culminaron durante la década de oro para los nazis, es decir la de los '30.
Entonces sucedió algo que muy poca gente conoce. El gran muftí de Jerusalén, Haj Amin al-Husseini se reunió varias veces con el propio Hitler después de iniciativa exclusivamente suya.
En su primer contacto con el ministro de asuntos exteriores Ribbentrop declaró abiertamente su apoyo total al plan de aniquilación de los judíos y expresó su certeza de que la victoria final de los nazis otorgara a los árabes un estado propio e independiente.
La verdad es que, en su búsqueda de aliados, no tenía muchas opciones, dado que el otro bando de la guerra, los británicos apoyaban totalmente a los judíos. Imaginemos que la propia idea de un estado israelí fue una promesa del Lord Balfour al barón Rothchild.
Ribbentrop fue impresionado, lo presentó a Hitler y él, a su vez, le prometió, más o menos, un segundo holocausto en el Medio Oriente. El muftí tuvo el "honor" de conocer a muchos de los personajes prominentes del régimen, como Eichman, Himmler etc. Su relación con Himmler, en particular, fue tan íntima que Himmler le otorgó, honoríficamente, el título de SS-Gruppenführer, ¡un rango equivalente al de general! Además, financió generosamente su oficina árabe y una estación radiofónica en Berlín, ¡de dónde incitaba a todos los árabes que "mataran a todos los judíos dónde los encontraran"!
Un incidente bien característico de su acción es lo que pasó en 1943, cuando se enteró de que miles de judíos estaban por irse de Bulgaria, Rumanía, y Hungría, países aliados a los nazis, y emigrar a Palestina. No hesitó ni un segundo en avisar a Himmler, quien, naturalmente detuvo dicha huida inmediatamente, sellando así el destino de casi 4000 niños, entre otros.
Otra contribución del muftí a la causa nazi fue el reclutamiento de soldados musulmanes, sobre todo de los Balcanes. El caso más famoso de ese proceso fue la 13ª división SS bosnia Handschar que formaba parte de la llamada legión árabe que llegó al impresionante número de 30.000 soldados. Handschar fue responsable por varias atrocidades perpetradas en la antigua Yugoslavia contra partisanos, judíos, gitanos etc. El elemento más irónico en esta historia es que, según el protocolo racista nazi, ¡los árabes son una tribu inferior, que no merece luchar junto a los alemanes, pero es tan impresionante, de veras, lo que pudo producir la falta de soldados y el odio común contra los judíos!