Miel, polen, néctar, agua y secreciones propias de las abejas, entre las que se encuentran hormonas y vitaminas, forman parte de este “elixir” tan especial. Gracias a ello, la abeja reina vive 40 veces más que el resto de abejas. ¿Curioso, no? (De ahí sus virtudes antioxidantes y “anti-edad”)
La jalea real es un jugo “milagroso” que nos ofrece la naturaleza, (aunque mejor dicho, deberíamos agradecérselo a las abejas obreras y su afán de alimentar a la Reina).
Gracias a sus propiedades antisépticas y bactericidas, la jalea real puede ser una verdadera ayuda para reforzar el organismo ante las agresiones externas, convirtiéndose en uno de los aliados naturales para prevenir los resfriados del otoño.
En su composición encontramos vitamina A, C , D y E (especialmente necesaria en la reproducción y el embarazo). También contiene vitaminas del grupo B, que nos ofrecen una acción renovadora desde un punto de vista físico y psíquico, retardando los efectos de envejecimiento prematuro (Efecto anti-edad).
Por otra parte, es rica en aminoácidos, esenciales para el buen funcionamiento del organismo y ayudar a reforzar el sistema inmunológico.
También, se utiliza cuando hay problemas de estómago o en afecciones gastrointestinales, gracias a su aporte de vitamina PP.
Es ideal para niños o personas inapetentes que además no tienen resistencia ante las infecciones, soliendo ser recomendada en estados post-operatorios por su gran riqueza en vitaminas , minerales y oligoelementos.
La jalea real se puede encontrar sola o enriquecida con vitaminas, equinácea, ginseng, germen de trigo, etcétera… Hay todo una amplia gama de posibilidades en el mercado. Pero, ¡ojo! buscad en su etiquetado que el producto contenga como mínimo un 6% del ácido graso 10 HDA, uno de los parámetros mediante los cuales se valora la calidad de la jalea real.
Besos desde mi blog!!!