En varias de esas webs literarias que, afortunadamente, abundan en las redes, han hecho una clasificación con los más famosos comienzos de las joyas de la literatura universal y, por supuesto, uno de los primeros puestos siempre lo ocupa aquella frase, en forma de mandamiento social, que plasmaba Jane Austen en su obra más célebre: Orgullo y prejuicio.
Es una verdad universalmente reconocida que un hombre soltero, poseedor de una gran fortuna, necesita una esposa.
http://www.bbc.co.uk/programmes/
p01sf9ly/p01sds21
Página inicial de la edicion de
"Orgullo y prejuicio" de 1813.
La vida de Jane se parecía a la que reflejaba en sus novelas. Pertenecía a la pequeña burguesía rural y era la séptima de ocho hermanos, seis de los cuales eran varones. Las cosas no eran fáciles para las mujeres de aquella época, estaban sometidas a un estricto control social, no disponían de dinero propio, no heredaban (cualquier familiar varón, aunque fuera el primo más lejano, heredaba antes que la esposa o las hijas del difunto), su única esperanza era casarse con alguien de posibles y, si no lo conseguían, quedaban como tristes solteronas a merced de la caridad de algún pariente. Eso fue lo que les pasearía a las mujeres Austen (Jane y su hermana Cassandra, ambas solteras, y su madre después de enviudar).
Baños romanos de Bath.
Foto cortesía de Marifé.
Jane pasó una buena parte de su vida en Steventon, pero luego tuvo que marcharse a Bath. La ciudad era famosa ya desde tiempos del emperador Claudio por sus aguas medicinales de las que se decía que lo curaban todo. Ya había estado en la localidad acompañando a uno de sus hermanos que fue tratado en el balneario. La joven había llegado a ambientar escenas de sus novelas allí, pero la ciudad le era tan detestable que cuando su padre le comunicó que se mudaban a Bath, Jane se desmayó de la impresión. En 1801 ya estaban instalados. Todo fue bien al principio, Jane tenía tanta vida social que apenas escribía. Le gustaba pasear todos los días por los Sydney Gardens, incluso estaba suscrita (en la época había muchos parques de pago). Era toda una atracción con sus cascadas, sus cuevas y las ruinas de un castillo, incluso tenía un laberinto donde los jóvenes enamorados podían perderse por el módico precio de tres peniques, aunque corrían el riesgo de extraviarse verdaderamente y no encontrar la salida en muchas horas. Por la mañana se servía un desayuno, al mediodía se bailaba y por la noche se encendían innumerables lámparas de gas para iluminar la cena mientras un concierto amenizaba la velada y los fuegos artificiales cerraban la jornada a las diez de la noche.
El puente Pulteney atraviesa el río Avon en Bath (1773)
Foto cortesía de Marifé.
Estatua de cera con el aspecto
que debió tener Jane Austen
según los estudios forenses.
En el Jane Austen Center.
Foto cortesía de Marifé.
Cada mes de septiembre, desde el año 2001, se celebra un festival en Bath en honor a Jane Austen. Aunque ella odiaba aquel lugar, es, precisamente allí, donde se congregan todos los años miles de admiradores de la escritora y se disfrazan al estilo georgiano, haciendo retroceder el tiempo en la famosa ciudad de los balnearios. Para celebrar el bicentenario serán mayores los festejos y los actos que acogerá esta famosa localidad.
Recreación de como pudo ser el
escritorio de Jane Austen en el museo
dedicado a ella en Bath.
Foto cortesía de Marifé.
Además podemos refrescarnos en cualquier bar de la ciudad con un cóctel inspirado en alguno de los personajes de Austen, como el Lizzy B, el Darcy o el Northangover Abbey.
En el piso superior del Jane Austen Center hay una cafetería donde está colgado el retrato del señor Darcy.
Las camareras te sirven el té al más puro estilo siglo XIX y van vestidas con trajes de la época.
Foto cortesía de Marifé.
Este año Southampton recoge numerosos actos para conmemorar el 200 aniversario de la muerte de Jane Austen. Quien viaje al condado de Hampshire podrá pasear por la campiña que inspiró a la famosa escritora, asistir a charlas, exposiciones y obras de teatro.
En Chawton, las cuatro mujeres tuvieron que vivir modestamente en una pequeña casita que su hermano Edward (adoptado por unos familiares ricos y heredero de una gran fortuna, como en las novelas de Jane) tuvo a bien cederles. Allí pasó los últimos ocho años de su vida. A pesar de las estrecheces, a Jane le agradaba aquello y la tranquilidad que se respiraba le permitió dedicarse de pleno a la escritura. Le gustaba ponerse en una mesa redonda muy pequeña que se encontraba situada en el salón, porque la puerta chirriaba al moverse y la avisaba de la llegada de alguna visita con tiempo suficiente para guardarse el escrito en el escote.Así, a escondidas y solo con el conocimiento de su hermana y su madre, Jane había escrito ya varias novelas. Pero fue en Chawton, en aquella mesita y con la puerta chirriante que nunca quiso arreglar, donde revisó Sentido y Sensibilidad (publicada en 1811), Orgullo y Prejuicio (1813) y La Abadía de Northanger (1818) y escribió Mansfield Park (publicada en 1814), Emma (1816) y Persuasión (publicada en 1818.) Sus hermanos, que hacía un tiempo que habían descubierto que Jane escribía, decidieron ayudarla a publicar sus obras (inicialmente bajo pseudónimo). La primera novela que vio la luz fue Sentido y Sensibilidad. Después se fueron publicando las demás.
Inicio del capítulo 5 de "Sentido y sensibilidad". Reverso de una postal
editada y de propiedad intelectual de Winchester Cathedral Scribes 2007.
La casa de Chawton se convirtió en 1947 en el Jane Austen’s House Museum y es allí donde se conserva aquella mesita redonda donde escribió sus grandes obras y diversos muebles y objetos que le pertenecieron. Para el bicentenario han reproducido el papel pintado original de dos de las habitaciones para acercar más la Casa Museo al aspecto que tenía cuando Jane la habitaba.
Firma de Jane Austen.
https://es.wikipedia.org/wiki/Jane_Austen