Jane Eyre, Charlotte Brontë

Publicado el 12 agosto 2015 por Conejo Blanco @DetrasdelConejo
Título: Jane Eyre
Autora: Charlotte Brontë
Año: 1847
Género: Novela, clásico, romance
Editorial: Alianza editorial
Páginas: 656
Dueña de un singular temperamento desde su complicada infancia de huérfana, primero a cargo de una tía poco cariñosa y después en la escuela Lowood, Jane Eyre logra el puesto de institutriz en Thornfield Hall para educar a la hija de su atrabiliario y peculiar dueño, el señor Rochester. Poco a poco, el amor irá tejiendo su red entre ellos, pero la casa y la vida de Rochester guardan un estremecedor y terrible misterio.
Opinión:
Jane Eyre es un clásico que tenía pendiente desde hace mucho tiempo y al que final decidí decirla el tiempo que merece. El resultado no podría haber sido mejor; he terminado completamente enamorada de la novela y ha pasado a formar parte de mis favoritas. Y ya no solo el libro, sino que el personaje de Jane Eyre para mí también se ha convertido en los más destacados de la literatura.
Después de pasar por una casa en la que sus parientes no la apreciaban y una escuela en la que no fue tratadada demasiado bien, Jane termina como institutriz de una niña pequeña en Thornfield Hall, el hogar de Edward Rochester. Lo que no espera Jane es terminar enamorada del señor Rochester, con las consecuencias que ello conlleva. A lo largo de la novela se dan una serie de giros inesperados pero bien conectados, todos ellos justificados y entrelazados a la perfección con la trama.
Jane tiene que hacer frente a muchas decisiones difíciles y a situaciones complicadas, pero es gracias a todos esos momentos que se va forjando la compleja personalidad de Jane; una mujer con carácter, con coraje, valiente e incapaz de amedrentarse ante nadie -como ya demostró desde pequeña haciendo frente a los cuestionables tratos recibidos por parte de su tía y su primo. Con ideas y valores propios, inteligente y muy virtuosa. Un personaje que me ha enamorado y me ha hecho querer encontrarme con más mujeres como ella en la literatura actual.
"Jane, eres dócil, diligente, desinteresada, leal, constante y valiente, muy amable y muy heroica".
En general, los personajes están todos muy logrados, todos ellos con sus defectos y sus virtudes. Son muy evidentes las diferencias tendencias ideológicas y morales, y se recalca bastante en ellas. Edward Rochester me produjo rechazo al principio, pues su papel para con Jane no terminaba de convencerme y parecía tan solo una triquiñuela o un juego, pero poco a poco logró encandilarme de la misma manera que lo hizo con la protagonista, a pesar de sus muchos defectos.
"Si alguna vez el error la tienta, señorita Eyre, piense en los remordimientos antes de cometer esa acción indigna. Los remordimientos son el veneno de la vida".
Qué decir de la pluma de Brontë. Es exquisita, te sumerge completamente en la historia y tiene unas pinceladas y una elegancia característica de las mejores novelistas de su época. Es un libro bastante largo que sin embargo termina haciéndose corto. La autora también quedó huérfana junto a sus hermanas, y eso es algo que se evidencia en la novela, haciéndola todavía más creíble, y reflejando algunas de las aspiraciones y algunos de los deseos que tenía la propia Charlotte.
La verdad es que se me hace difícil hacer un resumen breve debido a todas las transiciones que hay en la vida de Jane, pero es sin duda alguna un clásico que recomiendo leer encarecidamente. No por nada marco un antes y un después en la época en la que fue publicada la novela. Creo que puedo resumir esta opinión con una frase que, si bien hoy en día no resulta chocante, en su momento debió serlo, ya que el papel de la mujer estaba bastante limitado al acompañamiento del hombre:
"¿No resultaría extraño, Die, estar atada de por vida a un hombre que solo te considera una herramienta útil?"
Citas:
"No podía permitirme el lujo de reflexionar, de volver la vista hacia lo que dejaba atrás o anticipar lo que me esperaba. ¿Para qué dedicar un solo pensamiento al pasado o al futuro? El primero era una página tan dulce y a la vez tan triste que leer una sola línea serviría para hacer trizas mi coraje y acabar con mis fuerzas. Y el futuro, por su lado, era una hoja en blanco, algo parecido a lo que debió ser el mundo tras el diluvio".
"¿Y qué derecho tiene una ruina a obligar que las flores frescas cubran su decadencia?"
"En los últimos tiempos la tristeza se había convertido en mi estado natural. Un dolor corrosivo se había asentado en mi corazón y ahogaba toda fuente de felicidad: era el aguijón de la incertidumbre".
"¿Y qué derecho tiene una ruina a obligar que las flores frescas cubran su decadencia?"

Puntuación: